Toy Story 4

Crítica de Martín Goniondzki - Cinéfilo Serial

“Toy Story 3” se presentaba como el cierre perfecto de una trilogía impecable creada y concebida por Pixar. Una saga que arrancó allá por el año 1995 convirtiéndose en el primer largometraje animado por computadora de la historia del cine y fundando las bases de la leyenda que constituye Pixar en ese campo. La compañía fue adquirida por Disney hace varios años pero sigue constituyendo uno de los grandes exponentes en el campo de la animación. Igualmente todos sabemos que el cine es un negocio y pese a que la tercera entrega de la saga sobre los juguetes vivientes era un gran punto final para aquella historia, no se hizo esperar el anuncio de una cuarta entrega que promete ser el cierre definitivo de la saga. Aquel detalle se verá más adelante, lo cierto es que más allá de todo pronóstico y del escepticismo originado tras la confirmación de la continuación de la franquicia, “Toy Story 4” se presenta como una digna continuación de sus predecesoras (aunque quizás un escalón por debajo), redondeando la saga perfecta de Pixar Animation Studios.

El largometraje retoma luego de los eventos que describieron el pasaje de los juguetes protagonistas de Andy (ya convertido en universitario) a Bonnie una pequeña niña por arrancar su vida estudiantil. Es ahí que Woody (con la voz de Tom Hanks) y su pandilla deberán amoldarse a su nueva dueña. Los problemas surgirán cuando el vaquero atraviese una crisis cuasi existencial y decida buscar su nuevo propósito en el mundo. Mientras tanto su prioridad es cuidar de Bonnie durante sus primeros pasos en las clases de preescolar y a su extraña invención llamada Forky, un nuevo juguete de fabricación propia con objetos obtenidos en el jardín de infantes. Es así como arranca una nueva aventura que servirá para que Woody descubra con sus propios ojos lo grande que puede ser el mundo para un juguete. Con la participación de nuevos y desopilantes personajes (a Forky se le suman Duke Kaboom, con la voz de Keanu Reeves, Ducky y Bunny, con las interpretaciones de Jordan Peele y Michael Key Keegan) y el regreso de Bo Peep, el viejo amor del sheriff que regresa a la saga para brindar un poco de corrección política y Girl Power en consonancia con los tiempos que corren.

El film resulta ser hilarante y entretenido para toda la familia, aquellos que crecieron viendo “Toy Story” se sentirán identificados con las problemáticas que atraviesan los personajes en su camino hacia la madurez emocional y los que recién inicien en la saga podrán disfrutar de un divertido y cómico relato que además se encuentra estupendamente animado (increíble todo el trabajo de fondos, texturas y movimiento de la película). Una tarea ardua que supo afrontar el director debutante, Josh Cooley, en su reemplazo del conocido John Lasseter que fue separado de su cargo como director tras la controversia que lo rodeó el año pasado.

Por otro lado, se vuelve a hacer hincapié en que el verdadero protagonista de la saga es Woody y que el viaje que se nos ofrece es para ver si realmente alcanza sus objetivos en esta nueva etapa de autodescubrimiento. Quizás, la cinta peca de repetir ciertas temáticas (nuevamente se extravía un juguete) y también sufre el dejar de lado a personajes fundamentales en capítulos anteriores, pero lo cierto es que siempre termina sorprendiendo y emocionando por el amor que le brinda el estudio a sus conocidas creaciones y cuando las deja de lado ofrece nuevas que compensan dicha pérdida. En definitiva, es como en la vida que uno va cambiando de amistades y relaciones siendo una parte esencial para el crecimiento personal, profesional, etc.

“Toy Story 4” es un epílogo inteligente, que no sabíamos que necesitábamos pero que existe y sirvió para acercarnos una vez más a estos entrañables personajes. Un cierre emotivo y conmovedor que disfrutará toda la familia, en especial aquellos fans que siguen a estos personajes hasta el infinito y más allá.