Toy Story 4

Crítica de Laureano Manson - MDZ Online

Cuando hace nueve años nuestros ojos se empañaron de emoción con el superlativo final de Toy Story 3, muchos supusimos que estábamos frente a un dignísimo cierre para la saga fundacional de Pixar. Ahora, esta cuarta entrega de la historia del cowboy Woody y sus aliados, sostiene el irresistible tono emocional y la excelencia en la calidad de animación conquistados en los tres eslabones anteriores. Pero además, la franquicia que ya ha fascinado a un par de generaciones, hace un operativo refresh para ponerse a tono con los tiempos que corren.

Con locaciones repartidas entre una casa rodante, un parque de diversiones y una tienda de antigüedades, Toy Story 4 nos zambulle en una vertiginosa aventura. Woody se impone la misión de salvar a Forky, un juguete que la pequeña Bonnie ha creado durante su jornada de adaptación en el jardín de infantes. La inesperada estrella de esta película es un simpático engendro confeccionado con un tenedor descartable, un palito de helado y algunas chucherías más. Como Forky siente que su hogar de pertenencia es la basura, todo el tiempo trata de arrojarse a cuanto paradisíaco tacho se cruce en su camino. Accidentalmente, el simpático personaje queda atrapado en la mencionada casa de venta de antigüedades, entonces el vaquero y sus secuaces se lanzan por separado a un intrépido plan de rescate.

En su primer largometraje como director, Josh Cooley logra mantener por lo alto el carisma de los protagonistas que vimos en las entregas previas de la saga, incorpora algunos nuevos, y vuelve a poner en escena a la pastora de porcelana Bo Peep. La muñeca de quien Woody siempre estuvo enamorado, se presenta esta vez en versión empoderada. En una era de conquistas feministas, Bo Peep ha logrado superar la categoría de "juguete perdido", para disfrutar a sus anchas de toda aventura que ella esté dispuesta a correr, sin el imperativo de que su juego esté supeditado a los designios de un niño o una niña. El combo "girl power" se ve reforzado en el desempeño de la vaquera Jessie, quien a puro motor de astucia y valentía, también tiene un rol decisivo en el salvataje de Forky.

Pero los retoques de actualización no se agotan en agitar luminosamente la fuerza y sensibilidad de las heroínas de esta historia, sino que también se manifiestan en la multiplicación de secuencias de acción con ritmo sostenido, aderezadas con generosas cuotas de gags físicos. Pero Pixar no traiciona su esencia. Si por momentos da la impresión de que Toy Story 4 coquetea con la fórmula de frenéticos productos de la compañía Illumination como Minions y La vida secreta de las mascotas, el realizador Josh Cooley está siempre listo para dar oportunos volantazos de detención. Son esos momentos intimistas, ajenos a todo despliegue de pirotecnia, los que siguen confirmando a esta saga como una auténtica joya en la historia del cine.

El público que haga su primera incursión con el flamante capítulo que ya es un rotundo éxito de taquilla, seguramente pasará un momento tan entretenido como conmovedor. Para quienes venimos acompañando el largo viaje de Woody, ser cómplices del gran abrazo entre el vaquero y Buzz Lightyear, es un cariño a nuestros sentidos y la confirmación de que a pesar de la chatura dominante en las producciones con destino masivo, todavía hay algunas excepciones que siguen apostando a la nobleza.

Toy Story 4 / Estados Unidos / 2019 / Apta para todo público / 100 minutos / Dirección: Josh Cooley / Voces en la versión original con subtítulos: Tom Hanks, Tim Allen, Annie Potts, Keanu Reeves, Jordan Peele, Tony Hale, Christina Hendricks, Flea, Timothy Dalton, Patricia Arquette.