Top Gun

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Ataque ochentoso de alto vuelo

Luego del éxito comercial que significió el re-estrteno en digital de "Back to future", Sir Chandler y Cines Argentinos se ponen a la cabeza de la llegada a nuestras salas de otro recuerdo ochentoso de fuste. Un film que marcó una época dentro del cine de acción de su tiempo, sin dudas. De forma limitada (y seguramente por poco tiempo), tendremos la posibilidad de volver a ver "Top Gun", clásico de Tony Scott de 1986, en pantalla grande. Para los que no pudieron verla en su momento en ese formato, el film tiene mucha historia detrás que justifica el precio de la entrada, incluso hoy. Pocas cintas en aquellos días pudieron recaudar la cifra descomunal que esta película registró en el box office (piensen que no había internet!!!). Globalmente, se estimó una suma superior a los 353 millones de dólares, sin contar, ventas de VHS (donde rompió récords en pre-order sell que creo aún no fueron superados), DVDs posteriores y vinilos, cassettes o CD con la popular banda de sonido respectiva. No hablo por supuesto de los Blue-Ray que este año salieron en conmemoración a su 25to aniversario... "Top Gun" fue, sin dudas, un hito cinematográfico de calidad discutible, pero de enorme llegada comercial.

No fue casualidad. Producida por dos de los más taquilleros talentos de la industria, Don Simpson y Jerry Bruckheimer, ellos tenían claro que buscaban en este proyecto. Luego de facturar a morir con hits importantes a principios de la década ("Flashdance", por ejemplo), buscaban hacer un film de aventuras con romance que los posicionara como monstruos del negocio. Así fue que convocaron a Jim Cash y Jack Epps para que hicieran el guión de una película de pilotos y aviones "que fuera original y llamativa". Estos sujetos, luego de una corta investigación (se dice que husmearon hábitos y códigos de los aviadores en la base aérea de San Diego), presentaron un esbozo de guión. Apenas... 80 páginas. Cuando un libreto lógico habla de unas 120. O sea, la historia era absolutamente básica.

Eso de alguna manera definió la línea de trabajo elegida: "Reto a la gloria" (así se subtituló aquí), tuvo una historia esquemática, pobre y superficial. Los personajes estaban apenas dibujados y sólo había un atisbo de nudo argumental perqueñado para el lucimiento físico de la pareja principal, conformada por el entonces ascendente Tom Cruise y la blonda Kelly McGills. Un piloto con condiciones entra a una fuerza especial de seguridad y debe estudiar duro en la Academia respectiva para graduarse y operar peligrosas misiones, "Maverick" (apodo militar) arrastra algunos problemas personales serios y encima se le da por involucrarse afectivamente con su profesora, Charlie (nombre de varón!), quien entiende de su talento pero también de su falta de disciplina y carácter volátil. Habrá entonces algunas misiones peligrosas, amigos amables y rivales limitados que atravesarán las escenas sin mayor rumbo..., pero nada de eso importará demasiado (incluso las actuaciones de la dulce Meg Ryan de esos días y la sobriedad de Val Kilmer como "Ice", colega de la fuerza). La trama, es una anécdota. Lo poderoso en "Top Gun" es la imagen y el sonido.

Aquí, la forma importa más que el contenido. Esta película ostenta brillante fotografía (que le da un impacto visual particular para su época), voltaje erótico contenido (la pareja tenía una química explosiva), tremenda selección de éxitos en su banda sonora (¿hace falta hablar de ella?) y una presencia icónica naciente que deja huella (si no vean las fotos actuales de los dos protagonistas y después díganme!)... Tom Cruise. El venía de algunos éxitos ("Risky business"), pero aquí cobrará real estatura de sex-symbol. Su plana actuación es sorprendente. Importa? Naaaa! Joven, carismático, decidido... Cruise era todo lo que los ochenta pedían de una estrella: arrogancia y convicción en dosis iguales.

Tanta fue su llegada al público que en algunos cines americanos se abrieron mesas para enrolarse en la aviación, la captación de voluntarios fue intensa en los días post-estreno en EEUU, muchos se unían a la fuerza para emular la popularidad que emanaba de tamaña estrella...

Es cierto que la película ofrece (incluso hoy en día) un extraño cóctel de acción matizado con romance, pero lo que se discutió mucho en esa época era el fuerte mensaje nacionalista que atravesó la era Reagan. "Top Gun" forma parte de alguna manera de ese ideario, por lo que Cruise luego buscaría redimirse y enviar un mensaje contrario a este rol al rodar "Nacido el 4 de julio", como manera de despegarse de la severa observación de los medios por su subliminal línea de apoyo al gobierno de turno.

¿Por qué entonces tanto revuelo con su regreso, 25 años después?

A los ochentosos nos gusta revivir aquellas películas que se han transformado en objeto de culto en nuestras vidas. Esta, como muchas otras, ha sido vista infinidad de veces por los cinéfilos de esa generación, quienes la veneran, como un suceso social que consagra un modelo de éxito típico de esa época. Es, una propuesta simple y directa en que la fotografía y el sonido inyectan adrenalina en las venas de los espectadores como nunca antes visto en una cinta de este tipo...

Yo voy a ir, desde ya.

No recuerdo que me atrapara la temática bélica, ni el romance en particular en aquellos días de 1986... (aunque esos besos profundos en la playa, en la escena en que Cruise y McGills se matan con "Take my breath away" de Berlin...!!!) Si me atrae la idea de compartir butaca con gente que vivió sensaciones similares. Esa es mi motivación para dejar de ver mi gastada cinta en VHS de "Top Gun" y sacar mi entrada (en boleterías virtuales, para hacer bien el contraste!), para semajente festín tribal. Dejamos la ropa de crítico y somos público enfervorizado, sencillamente.

Celebremos entonces, la magia del digital, que nos sirve como excusa para invadir los cines y atrasar el reloj por un rato para reencontrarnos con esas perdidas representaciones que se encuentran en lo profundo de nuestro inconciente colectivo...