Tokio

Crítica de Lilian Lapelle - Cine & Medios

Solos en la madrugada

Luego de una secuencia de imágenes en blanco y negro, la historia nos presenta a Nina (Graciela Borges), una mujer que ha vuelto recientemente a Buenos Aires, luego de una ruptura amorosa, y se siente sola e insegura.
Una noche esperando a un amigo en un bar -quien nunca se presenta- conoce de casualidad a Goodman (Luis Brandoni) un músico de jazz que esta tocando allí con su banda, quien se siento atraído por ella y hará todo lo posible por llevarla a su casa, a pesar de que Nina al principio no parezca muy interesada.
En una atmósfera intimista, la película desarrolla la historia de estos dos personajes maduros, quienes se conocen, se abren, se cuentan sus historias y a pesar de su edad y de todo lo que llevan a cuestas, son capaces de seducirse y enamorarse.
La película transcurre entre largos diálogos que caen muchas veces en lugares comunes, y por más que actores de la talla de Graciela Borges y Luis Brandoni hagan todo lo posible por hacerlos interesantes, no lo logran, y la historia cae en un sentimentalismo que parece salido de una novela de la tarde.
Visualmente la propuesta es interesante, los lugares pequeños donde transcurre la historia están mostrados de un modo bastante atractivo, y un oportuno corte de luz permite jugar con la iluminación de unas velas.
La dupla protagónica es suficiente para sostener la película, lo que nos lleva a sospechar que la pequeña e innecesaria escena de Guillermina Valdez, solo esta ahí para poder poner su cara en el cartel, y así... ¿vender más entradas?.
Una buena idea y dos excelentes actores no son suficiente para llevar adelante un guión flojo, con diálogos que nunca llegan a construir tensión entre los personajes, con quienes logramos sentir empatía, pero aun así nos aburrimos.