Todos tenemos un... ex

Crítica de Maximiliano Curcio - EscribiendoCine

Terapia de Pareja del Siglo XXI

Todos tenemos un Ex (Ex, 2009) es una suerte de comedia romántica coral, muy al estilo de Realmente Amor (Love Actually, 2003) en donde se intenta querer dar a la historia un tono mas real, mas verídico, mas imperfecto. Un entorno donde no todo es armonía y estabilidad en las parejas del mundo de hoy, a quienes indefectiblemente las atraviesa el drama.

Vínculos de pareja inestables, en descontento con el presente que les toca y añorando a un ex amor al que siempre se vuelve, darán lugar a seis historias de personajes y relaciones de distintas edades y condiciones sociales entre si, las cuales serán el centro del relato.

Sin la moralina que podría ensombrecer cualquier buen intento que se digne de serlo, el film aborda de forma acertada a la pareja y sus problemáticas, inmersas en la sociedad contemporánea como irremediable condicionante. Cada historia parece colocar a los personajes en su debido lugar y acercarnos a través de los mismos a un horizonte de vivencias y seres muy diversos. Alegre y nostálgica en partes, la trama irá develando errores, culpas, cuestiones del destino y disputas por divorcio, como algunas de las varias temáticas por las que atraviesen este grupo de parejas entre crisis y desencuentros varios.

Cuestiones como el amor que dura para siempre, la pareja idealizada, el anhelo versus el cansancio de la rutina, el deseo que llama a la infidelidad y el desgaste de la convivencia en pareja que lleva al abandono de la misma, son interrogantes que atraviesan a todo ser humano en algún momento de la vida. Como etapas esencialmente reconocibles en cualquier relación sentimental, el film se pone existencial y ameno a la vez para explorar un corazón que no siempre sabe de razones.

Recorriendo esta ruleta rusa de personajes y enredos varios, se vislumbra desde un costado humorístico los diferentes estadios por los que atraviesa una pareja. Un tanto conformista a la hora de cerrar el relato, suele tender a ser complaciente hacia un equilibrio final indefectible al que arriban sus personajes. El humor con el que trata cada historia no empaña cierto realismo poco esperanzador en donde una relación prometedora comienza siendo ciento por ciento felicidad y acaba envuelta en dudas, olvido, reiteración o agotamiento. Lugares comunes disimulados gracias a un punzante y ácido humor que puede ser sexual, arrebatado y lucido, demostrando una veta cómica polifacética y muy valorable.

Con astucia, picardía y, vale decir, con bastante sobriedad, Fausto Brizzi construye una mirada critica respecto a una temática inagotable en términos de atractivo hacia un espectador que se verá seducido e involucrado en estas temáticas conyugales. Desde Italia, sin hacer mucho ruido, sin un gran elenco ni las fastuosas maquinarias publicitarias de las que Hollywood se jacta, llega una comedia digna de ver y muy disfrutable por cierto.