Suspiria

Crítica de Jorge Marchisio - Loco x el Cine

Susie se une a prestigiosa compañía de baile en una Berlín post guerra. Lo que es un sueño hecho realidad para la joven bailarina, se convierte en una pesadilla para su amiga Sara, tras seguir la pista de Patricia (otra estudiante que abandonó el establecimiento). Ahora Sara y un anciano psicólogo, Josef Klemperer, deberán sacar a flote lo que en realidad pasa en la escuela de ballet.

Luego de las quejas iniciales, posteriores dudas y finalmente, cierto hype, llega a nuestros cines la nueva versión de Suspiria, aquel clásico del terror dirigido por Dario Argento; esta vez con Luca Gudagnino en la silla de director.

Lo primero que debemos decir, es que aquellos que esperan encontrarse con esos tan odiosos remakes que son un calco fotograma por fotograma de la obra original, vayan sacándose esa idea de la cabeza, porque el realizador italiano hizo bien los deberes, y le supo dar la suficiente distancia a su versión de Suspiria, como para que difiera el film de Argento, pero manteniendo la esencia del mismo.

Otro gran acierto radica en la dirección de actores. Desde la siempre insípida Dakota Johnson (quien da su mejor actuación hasta el momento), hasta una brutal Tilda Swinton(quien compone a tres personajes, uno de ellos hombre), todo el elenco está a la altura de una película tan esperada. Quizás decepciona un poco el rol de Chloe Moretz, quien apenas aparece diez minutos en pantalla, cuando era una de las caras promocionales de la cinta.

Pero donde radica el mayor acierto de Suspiria, es en su fotografía. Es de esas obras (nunca mejor usada la palabra) que son obligación verlas en un cine para poder disfrutar del poderío visual que tiene la película. Ya sea en esos fríos exteriores, como en los perturbadores y casi claustrofóbicos interiores; uno podría parar la cinta en cualquier momento, y obtener un cuadro digno de colgar en nuestras casas.

Igual no todo es perfecto en Suspiria. La película se torna larga por momentos y las dos horas y media de duración se sienten; sobre todo cuando la historia se centra en un personaje que no vamos a nombrar; pero que, si lo sacamos de la trama principal, todo funcionaria igual.

Suspiria es de esos remakes que valen la pena que se hagan. Ya sea por su fotografía, actuaciones, o un clímax plagado de gore, tiene los elementos suficientes como para valerse por sí misma, y no ser otro intento de colgarse de la fama de una película querida de antaño. Todo un logro en los tiempos que se corren, viendo que se remekea todo lo que se tiene a mano.