Subte Polska

Crítica de Rodolfo Weisskirch - Visión del cine

Llega el estreno de Subte Polska, ópera prima de Alejandro Magnone con el protagonismo absoluto de Héctor Bidonde. Una historia clásica sobre inmigrantes y recuerdos.
Argentina está hecha por inmigrantes y cada uno tiene el peso de una historia propia en el viejo continente. Tadeusz es un nonegenario polaco-judío que luchó en la Guerra Civil española y llegó al país para trabajar toda su vida en el subte, primero como obrero y más tarde como operario.

Ahora, Tadeusz atraviesa una crisis, especialmente con su cuerpo. Su memoria no responde bien y el medicamento que toma impacta en su sexualidad. Pero principalmente, el protagonista vive del pasado. Recuerdos de dos viejos amores –una rusa en un burdel de Polonia y una camarada española de la guerra- confluyen en su presente.

El personaje se encuentra con amistades de diferentes ámbitos a los que acude con cotidianeidad, el subte –donde trabaja un muchacho al que adoptó como si fuera propio- un canillita y un típico bar de barrio. Todos se preocupan por él, mientras intenta reconstruir su pasado y diferenciarlo del presente.

Subte Polska tiene nobles intenciones y el resultado final, por más de ser bastante sentimental, no cae en golpes bajos contundentes. Si bien Magnone apela a cierto efectismo, especialmente en el tono humorístico casi costumbrista, la interpretación de Bidonde –que con más de 80 años y 30 y pico en el cine tiene su primer protagónico- sostiene la narración junto con una meta concreta, que es resolver el misterio de la vida del personaje.

Magnone consigue que el público sienta empatía por sus personajes, gracias a la cercanía que se establece, y la fácil identificación que generan. No todas las situaciones humorísticas se encuentra justificadas, y de hecho son los momentos más dramáticos los que mejor funcionan narrativamente.
Estéticamente vale destacar una puesta prolija, poniendo cuidada atención a la reconstrucción histórica y los flashbacks románticos, donde la puesta de luz y la escenografía establecen los momentos más sutiles.

Subte Polska maneja un tono realista y casi solemne hasta que aparece el personaje de Miguel Ángel Solá, un estereotipo del inmigrante italiano que aporta un extraño momento absurdo al film. La química entre Bidonde y Solá –compañeros de tantas obras del cine nacional- es natural y fluida.

Aunque Magnone no logra mantener el ritmo fluido durante toda la narración, cada pequeño paso que da su protagonista y sobretodo las diversas aristas de la interpretación de Bidonde ayudan a seguir la historia con interés.

Comedia dramática con influencia del cine de Juan José Campanella –específicamente la miniserie Vientos de Agua- Subte Polska es una película con varias subtramas que confluyen naturalmente, emotivas interpretaciones y honestas pretensiones.