Spider-Man: Un Nuevo Universo

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Críticas laudatorias y decenas de premios (incluido el reciente Globo de Oro) convirtieron a este enésimo reboot del personaje de Spider-Man en una de las grandes sorpresas artísticas y comerciales de finales de 2018. Esta versión animada del héroe arácnido producida por la dupla Phil Lord-Christopher Miller resulta un relato lleno de gracia, ingenio, carisma y un vuelo visual que lo convierten en una de las mejores expresiones recientes del cine de animación. Para disfrutar en todo su esplendor en pantalla grande.

Ni Tobey Maguire, ni Andrew Garfield, ni Tom Holland. El mejor Hombre Araña es animado, no se llama Peter Parker sino Miles Morales, es hijo de un policía afroamericano (Brian Tyree Henry) y una enfermera portorriqueña (Lauren Velez) y tiene la voz (si eligen la versión original subtitulada) de Shameik Moore.

La película -que en su primera mitad apuesta sobre todo al humor irónico y en la segunda, a la acción pura- recicla y expande este nuevo universo de la popular creación de Marvel con un arranque en el que, con un toque canchero sustentado en la voz en off del protagonista, recicla “la misma historia que todos conocen”. Pero, si bien en pantalla aparece por momentos El Hombre Araña original (el Peter Parker con voz de Jake Johnson que se convertirá aquí en mentor), el verdadero protagonista es el apuntado Miles Morales, un preadolescente de 13 años que pasa de un colegio en su barrio (Brooklyn), donde es muy popular, a una elitista escuela en la que será objeto de todo tipo de burlas.

Brillante artista del graffiti, el querible Miles vive bajo la sobreprotectora mirada de su padre y la fascinación por su tío Aaron (Mahershala Ali), de oscuro pasado. En una de las andanzas con él (pintando un mural en una recóndita zona del subte neoyorquino) es picado por una araña y, luego de más de un tropiezo y de un acelerado curso para aprovechar sus flamantes poderes, se convertirá en el sucesor de Peter Parker.

La película tiene múltiples personajes (desde la simpática Gwen Stacy de Hailee Steinfeld hasta el Spider-Man Noir de un hilarante Nicolas Cage) y apela a diversas referencias y técnicas de animación que se combinan a la perfección en un relato que trabaja en diferentes dimensiones. Hay, por supuesto, un claro espíritu de cómic que invade todo el relato (incluso la animación a 12 cuadros por segundo en vez de los 24 habituales le da una impronta más de historieta), pero también elementos tomados directamente del manga y el animé (en especial el personaje de Peni Parker interpretado por Kimiko Glenn), el desenfado de la saga de películas de LEGO y hasta homenajes a los Looney Tunes y al recientemente fallecido Stan Lee (sí, tiene un “cameo animado”).

El guión de Phil Lord y Rodney Rothman (Comando especial 2) sirve como base para un despliegue formal y narrativo asombroso a cargo de tres directores (Bob Persichetti, Peter Ramsey y el propio Rothman) que convierten a esta producción de Sony Pictures Animation en una de las mejores de un año como 2018 que tuvo en Los Increíbles 2 o Isla de perros a otros notables exponentes dentro del cada vez más apasionante universo de la animación.