Solos en la ciudad

Crítica de Susana Salerno - N3F

Cuando comienzo a ver en la cartelera tantas películas nacionales, me llena de alegría, más aún cuando se trata de una ópera prima como es en este caso, además Corsini es productor y coguionista con tan solo 30 años de edad, elige como protagonistas dos jóvenes actores: el mexicano Felipe Colombo (28) y la actriz argentina Sabrina Garciarena (29) quien en la actualidad se encuentra trabajando más en Europa.

Pero a veces todos los elementos citados no alcanzan a la hora de contar una historia, porque si la historia que se intenta contar es débil y no contiene la fuerza narrativa cinematográfica resulta difícil de llegar al espectador y tal vez con unos cuantos cambios se podría llevar al teatro.

La pareja de esta historia está compuesta por: Santiago (Felipe Colombo) y Florencia (Sabrina Garciarena), que regresan de una fiesta de casamiento, deciden detenerse y dialogar frente a la costanera disfrutando el amanecer de un domingo, todo es agradable, pero no tardan en salir problemas que están atravesando a tan solo un año de convivencia, y rápidamente nos damos cuenta que la pareja no está consolidada (la culpa la tiene, el lavarropas?).

A medida que ellos deambulan solos por la ciudad, conocemos un poco más a los personajes, él es profesor, poco responsable y dedica bastante atención a su profesión; ella en cambio es una abogada exitosa, planifica más, le gusta tener las cosas bajo control y como casi todas las mujeres desea casarse.

Se van cruzando con distintos personajes como: un amigo de la noche porteña Javier (Santiago Caamaño), se borro después de 3 años de novio; Mauricio (Matías Scarvacchi) obsesionado con la alimentación y la vida sana; una pareja que superó la crisis Esteban y Cristina (Luciano Leyrado y Laura Azcurra), Roberto, el padre de Florencia (Mario Paskik) que está preocupado por el futuro económico de su hija; una alumna Déborah (Eliana González); una ex Soledad (María Abadi); Déborah (Eliana González) ; un ex de ella Gonzalo (Federico Amador) y una vecina Mariela (Catherine Fulop).

Ahora ellos tienen que resolver si el amor que sienten es suficiente para sostener esta relación; ambos confundidos, evitando volver a la casa donde viven, durante un día caluroso y todo esto se va entremezclando con una bella ciudad y una maravillosa fotografía.

El film contiene humor, ironía, toca los problemas típicos de aquellas parejas que aun no han madurado, con actuaciones correctas, pero no tiene peso narrativo, resulta esquemático, simple, poco atractivo, le falta ritmo, no llegan a convencer y termina siendo muy previsible.