Soldado argentino

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

En nombre del honor
La verosimilitud de las escenas en Malvinas y el justo homenaje a los ex combatientes la hace recomendable.

Malvinas fue más que una experiencia extremadamente dolorosa para los jóvenes que fueron a pelear una guerra en inferioridad de condiciones. Los suicidios de ex combatientes siguen, y entre enero y febrero de este año se sumaron 22. Y ya hace 35 años de la contienda bélica.

Soldado argentino solo conocido por Dios no es la primera ni definitiva película sobre ellos, pero sí la que logra una verosimilitud mayor hasta ahora.

La película de Rodrigo Fernández Engler está estructurada en dos (o tres) partes. La primera es la presentación de los personajes, Juan –Mariano Bertolini- y Ramón -Sergio Surraco-, amigos hasta que uno se puso de novio con Ana, la hermana del otro -Flor Torrente-, antes del viaje a Malvinas. Su posterior reencuentro en las islas y la lucha en las batallas sería la segunda.

Y la tercera transcurre en el futuro, cuando Ana realiza la pesquisa del legendario soldado desconocido del título, un joven que habría peleado solo contra un batallón de ingleses y su nombre permanece desconocido.

Si el director contó con el apoyo logístico de las Fuerzas Armadas, lo que redundó, al margen de una batería de efectos visuales y de postproducción, en que las escenas de desembarco de argentinos y la llegada de los ingleses sean realistas, además de las confrontaciones en el campo de batalla, esto no le impidió hacer una crítica impiadosa al desenvolvimiento de las Fuerzas y de los gobiernos nacionales, sea el de la dictadura como los democráticos.

La película acusa la desprotección (y falta de solidaridad y/u homenaje) a los ex combatientes. Eso desde los diálogos. Pero lo mejor del filme está contado en imágenes.

La película de Fernández Engler queda fragmentada cuando las acciones transcurren en el futuro. Sea por la falta de convicción de algunas actuaciones –todas habían sido notables mientras la historia sucedía en Malvinas- o por cierta declamación, el filme cae como en un pozo hasta climático, el que emerge recién al final.

Las vivencias, las heridas nunca cerradas, el heroísmo y la falta de coraje, el mirar de frente y para el costado: todo eso está en Soldado argentino solo conocido por Dios. Que no es la película definitiva que se merecen los ex combatientes, pero que les hace honor.