Ritmo perfecto

Crítica de Vicky Vázquez - Cine & Medios

A cantar a la universidad

Si alguna vez se preguntaron qué era de los chicos que participan de grupos como los que se retratan en la serie "Glee" luego de terminar el colegio, la respuesta está en esta película. Una vez en la Universidad, la cosa sigue, y evidentemente, como señala una línea del filme “las cosas no mejoran para todos después de la secundaria”.
Beca (Anna Kendrick) no está convencida de seguir en la Universidad, no se integra ni tiene amigos, pero tiene talento para la música. Accidentalmente una de las chicas del grupo Bellas la escucha cantar en las duchas, y la convence de audicionar para formar parte de ese coro femenino. En la misma universidad hay otro grupo, formado exclusivamente por varones, que son el éxito del rubro. Casi está de más mencionar la enorme rivalidad entre ambas formaciones.
El resto de la película, para quienes hayan visto la serie, es como una temporada resumida en dos horas. Para quienes sean ajenos a esta explosión de manifestaciones musicales, bueno, se trata de la competencia entre grupos, canciones mediante. Tiene mucho humor, especialmente a cargo de algunas peculiares integrantes del grupo (como Rebel Wilson, que interpreta a la “Gorda Amy”), y de los comentaristas de las competiciones, y no se puede negar que las canciones enganchan. Sin embargo la idea que inspira la película está muy desgastada. Lo mismo sucede con la cantidad de lugares comunes y obviedades que plagan el filme.
Tal vez el colmo sea que la gran referencia cinematográfica y musical a la que se alude constantemente sea el ya clásico de John Hughes "El Club de los Cinco". Como si este filme pretendiera llegar a ocupar alguna vez un lugar similar entre las preferencias del público, algo rotundamente imposible.
El espectador que la quiera ver correrá el riesgo de que se le “pegue” alguna versión infortunada de una canción que no aprecie mucho. Por lo demás, es sólo una comedia ultraliviana y previsible, que sirve para pasar el rato. Pero sólo eso, pasar el rato si no tiene algo mejor que hacer.