Ritmo perfecto

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Los nerds siempre ganan

La guionista Kay Cannon, también actriz y productora de 30 Rock, hace su debut en el cine con un largometraje que debe mucho a su trabajo televisivo. Pero a diferencia de su premiada serie, no hay en Ritmo perfecto personajes delirantes, ni diálogos filosos, sino grupos de estudiantes nerds lindando con el estereotipo de otra serie también famosa: The Big Bang Theory. Claro que las nerds de Cannon no son autistas techie; son integrantes de conjuntos a capella que se la pasan haciendo ruiditos de percusión con la boca, e intercalan a ca como prefijo en cualquier diálogo (como, “¡eres a ca-estupenda!”), con lo cual resultan aún más irritantes. Inspirados en los grupos doo wop de los años ’50, Cannon y el director Jason Moore narran las competencias de grupos universitarios, donde las Bellas de Barden son las habituales perdedoras y los Treblemakers, de la misma universidad, son pedantes imbatibles. Lo mejor de Ritmo perfecto son los personajes femeninos: el competitivo trío que componen Kendrick, Snow y Kamp, algunas ocurrencias de Rebel Wilson (Despedida de soltera) como Fat Amy y, sobre todo, Hana Mae Lee como Lilly, tan tímida que su forte es hacer chasquidos rítmicos. La competencia es difícil, y además hay celos; pero como es habitual, los nerds tienen su revancha.