Ritmo perfecto

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Las chicas sólo quieren divertirse

Tras el éxito mundial de Glee y de la competencia The Sing-Off organizada por la cadena NBC, era inevitable que el cine norteamericano intentara trasladar ese espíritu a no pocas películas. Sin ser nada del otro mundo, Ritmo perfecto logra mixturar con bastante gracia y simpatía el subgénero de historias universitarias, romances y, claro, muchas escenas musicales (en este caso, a capella).

El guión es pura fórmula pero funciona: Beca (una convincente Anna Kendrick, aunque bastante excedida en edad para el papel) es una chica con dificultades emocionales y comunicativas que se instala sin mucho entusiasmo en el college Barden y termina uniéndose a The Bellas, un grupo de canto de chicas, enfrentado con otro ensamble, The Treblemakers, 100% masculino en este caso, que está acostumbrado a ganar todas las competencias del rubro (son los campeones nacionales). Uno de los chicos del conjunto rival (Skylar Astin), por supuesto, se enamorará de ella pese a lo complicado del contexto.

Más allá de las referencias apuntadas a Glee y un esquema que tiene un poco de Romeo y Julieta y otro tanto de Amor sin barreras, Ritmo perfecto apuesta por “dialogar” con películas y canciones generacionales (allí están las citas a El club de los cinco y Heathers, temas de Simple Minds y un largo etcétera). El estilo pendula entre la superficialidad de un telefilm para preadolescentes del Disney Channel y la comedia escatológica un poco más zafada (sí, las escenas de vómitos).

Construido de manera conciente a fuerza de clichés y estereotipos -Rebel Wilson (Damas en guerra) se luce como la típica gordita desfachatada y nerd-, Ritmo perfecto es un film previsible (uno puede adivinar sin equivocarse cuál será la escena siguiente y, por supuesto, el desenlace), pero el recorrido no deja de ser bastante placentero.

Una mención final para el aporte del director de fotografía argentino Julio Macat, que alcanza a darle el brillo, colorido, movimiento y glamour necesarios a las escenas musicales que son parte fundamental del atractivo de este logrado producto.