Retiro voluntario

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

La amistad más improbable

Javier es un ejecutivo de una multinacional que espera un gran ascenso. Pero comete un pequeño error: indica mal la dirección de una calle a un desconocido y esta equivocación se transformará en su peor pesadilla cuando ese hombre desaliñado empieza a acosarlo. De aquí en más, nada parece salirle bien y en muy poco tiempo pierde su empleo y a su mujer, pero ya no a ese individuo, que se va despojando de su rara personalidad y empieza a sincerarse con quien ya está enfrentando los peores días de su vida.

Grata comedia cargada de ironía, humor negro y acción Retiro voluntario, gracias a la segura mano del director Lucas Figueroa -autor del multipremiado cortometraje Porque hay cosas que nunca se olvidan-, que logró imponerle el necesario ritmo a estas vertiginosas aventuras y desventuras de un ambicioso ejecutivo en una curva descendiente. El resultado será que sus dos personajes centrales (muy buenos trabajos de Imanol Arias y Darío Grandinetti) avanzarán en este ameno entramado primero como ríspidos enemigos y con el paso de la historia, su relación irá transformándose en cálida e improbable amistad.

Todo el elenco, especialmente Luis Luque, Miguel Ángel Solá y Paula Cancio, acompaña con indudable calidad esta historia que habla de tensiones diarias y de las verdaderas cosas importantes de la vida, apoyándose en ese dúo que hace valer sus fuerzas en medio de tantas cómicas andanzas.