Relatos salvajes

Crítica de Flecha Lástrico - El Pochoclo

Esta es la tercer pelìcula de Damiàn Szifròn, luego de "El Fondo del mar" y "Tiempo de Valientes". Su nuevo filme dispara una mirada sobre el placer que genera perder los estribos. Cuando lo más primitivo que llevamos adentro se apodera de nosotros, el desenlace puede ser fatal.

Se trata de 6 historias, totalmente independientes, que no se cruzan en ningùn momento pero que comparten con las anteriores producciones de Szifron un elemento principal muy característico de su creador: el humor negro, que aquí está exacerbado al punto de rozar la crueldad, y por momentos, el gore.
A través de estos 6 cuentos, Szifron nos brinda no sólo una película sino un pseudo análisis sociológico sobre las emociones y sentimientos más primitivos y salvajes (enojo, ira, violencia, entre otras) que todos tenemos instintivamente pero que reprimimos por educaciòn , raciocinio o mandatos divinos. En "Relatos Salvajes" los personajes hacen lo que nosotros, en tanto sujetos sociales quisiéramos realizar pero no podemos: y lo hacen de forma grotesca, caótica, desmedida, repentina o pergeñada, pero por sobre todo: violenta.

La violencia sin dudas coquetea con el horror y lo absurdo generando una lectura entre perturbadora y angustiante de la sociedad, pero no de la sociedad argentina actual, sino de la sociedad en general, del conjunto humano y tal vez por ello, esta película tenga defensores y detractores por igual.

En los rubros tècnicos brilla la ediciòn, fotografìa y mùsica de Gustavo Santoalalla, en tanto en lo actoral, todos cumplen con creces lo que sus personajes demandan.