Ready Player One: Comienza el juego

Crítica de Mauro Jacobo - Cinélico

Spielberg en su esplendor

"Ready Player One" es el tipo de película con la cual queríamos que vuelva al género de la aventura y la fantasía el gran Steven Spielberg. A decir verdad, la mayoría de los espectadores no conocen demasiado la novela original pero eso no importa, ya que entre la base que se toma de la novela más el expertise del director para hacer entretenmiento, se logra uno de esos títulos de aventura que van a quedar en el corazón de muchos, sobre todo de los que somos fans de Steven. Hace más de una década que no se lo veía al frente de un trabajo de este estilo que nos recuerda algunos de sus títulos más entrañables como la saga de "Indiana Jones", "Jurassic Park" o "Artificial Intelligence: AI".
En esta ocasión nos topamos con una producción super ambiciosa y que recordará por momentos a "Avatar" de James Cameron por el uso de avatares protagonistas en un mundo fuera del habitual. La diferencia principal está en que este nuevo mundo, llamado el Oasis, es virtual y trae dentro de sí un universo hipnótico de referencias a íconos de la cultura pop, los videos juegos y justamente al cine de acción y aventuras. Verán los vehículos de series o películas famosas como el Delorean de "Volver al Futuro", el Interceptor de "Mad Max" o el mismísimo Batimóvil, personajes famosísimos como Death Stroke, Lara Croft, Blanka, Ryu y Chun-Li de Street Fighter, Iron Giant, las Tortugas Ninjas, King Kong y hasta Chucky, el muñeco maldito. Y esto es sólo un puñado de lo que podés disfrutar de esta locura hecha realidad.
La trama es juvenil, quizás un poco inocente de más, pero rememora esos títulos ochentosos de amistad y camaradería que tanto nos gustaban.
¿De qué va la histora? Se centra en la vida de un adolescente llamado Wade Watts (Ty Sheridan), alias Parzival dentro de Oasis, que junto a un grupo de amigos se determina a superar 3 grandes retos que dejó el creador de la realidad virtual para que quien los supere sea el nuevo amo y señor del juego. El tema es que para mucha gente poderosa, el Oasis es más que un juego, es una herramienta de dominación social y comercial en la vida real. Por esto, Wade y sus amigos deberán enfrentarse a un ambicioso empresario llamado Sorrento (Ben Mendelsohn).
La propuesta es un total deleite para los sentidos, la imaginación y la melancolía. Una historia bien contada, con una alta conciencia de sus posibilidades de entretenimiento. Por supuesto hay algíun que otro bache, estamos hablando de una película de fantasía, pero nada que pueda opacar su brillo y dinámica refrescante.
Una muy buena opción para disfrutar de un maestro del séptimo arte.