Rápidos y furiosos 6

Crítica de María Gabriela Losino - Cine y más...

Con el esperado regreso de la actriz Michelle Rodriguez, Vin Diesel, Paul Walker y Jordana Brewster (los protagonistas "originales" de la franquicia) vuelven a reunirse en esta sexta entrega dirigida por el realizador taiwanés Justin Lin y escrita por Ghris Morgan, responsables de la tercera ("Rápido y Furioso: Reto Tokio", 2006), cuarta ("Rápidos y Furiosos", 2009) y quinta ("Rápidos y Furiosos 5in Control", 2011) película.

A ellos se suman Tyrese Gibson, Chris "Ludacris" Bridges, Sung Kang, Gal Gadot, Dwayne "La Roca" Johnson y Elsa Pataky, entre otros, quienes se han incorporado -a lo largo de 12 años- a esta historia en la que los vehículos de alto octanaje son los verdaderos protagonistas… pero sin descuidar las historias y los dilemas propios de cada uno de los personajes creados por Gary Scott Thompson.

La trama de esta nueva producción se inicia en las Islas Canarias, en España, lugar que Dominic Toretto (Diesel) y Brian O'Conner (Walker), incapaces de regresar a casa y obligados a vivir para siempre como fugitivos, eligieron para instalarse con Mia (Brewster), ahora madre del pequeño bebé Jack, y Elena (Pataky), ya que allí una extradición con los Estados Unidos es imposible luego del golpe de Río de Janeiro en el que habían robado 100 millones de dólares, dinero que cada uno a su manera, se encuentra disfrutando.

Hasta allí llega el oficial del FBI Luke Hobbs (Johnson), quien ha estado siguiendo a una organización de conductores mercenarios de letal habilidad por 12 países, cuyo cerebro, el terrorista Owen Shaw (Luke Evans), es ayudado por un despiadado segundo a cargo que resulta ser una cara familiar, Letty (Rodriguez), la novia de Dom que todos creían muerta en esa cuarta entrega en la que en realidad, si uno se pone a pensar, nunca se la vio sin vida. Pero hay una más que justificada explicación sobre lo que sucedió con ella.

Pero aquí el asunto es que la única forma de detener al equipo criminal es superarlos en las calles, así que Hobbs, aprovechando que el amor de su vida está implicado, le pide a Dom que reúna a su equipo de élite en Londres. ¿El trato? Recuperar al miembro de la familia que falta y el perdón total para todos ellos para que puedan regresar a Norteamérica.

Como bien dice uno de ellos en el film, "ahora estamos en un nivel superior" y claro que sí, ya que no sólo los autos con motor V8 de gran potencia son los que están involucrados sino también tanques, aviones y areneros; éstos últimos modificados con motores dignos de una carrera de LeMans que a lo largo de 130 minutos le ofrece al espectador acción vertiginosa en todo tipo de caminos y autopistas y enfrentamientos cuerpo a cuerpo, entre los que sobresalen la peleas entre Gina Carano, luchadora de artes mixtas devenida en actriz, y Michelle Rodriguez, nuestra "patea traseros" del cine favorita.

Ya de por sí, es difícil hacer una película de este tipo. Y menos seis en las que la historia que une a todas mantiene una cierta coherencia sin perder los elementos fundamentales de la misma. Definitivamente, Una saga que sigue evolucionando. "Todos los caminos conducen a ésto" señala el lema de la película, y parece que para la séptima (ya se encuentra en pre-producción), el camino continuará nuevamente en tierras orientales (Sí! Tokio!), donde un otro "pelado" muy conocido será el nuevo villano.