Por siempre jóvenes

Crítica de Matías Orta - A Sala Llena

El cine italiano supo dar comedias que trascendieron toda época, y con nombres que se volvieron íconos, como Alberto Sordi, Ugo Tognazzi y Nino Manfredi. Ya no se hacen films tan desopilantes como aquellos, e Italia no viene dando nombres fuertes (sobre todo si se compara con décadas anteriores), pero es posible toparse con algunas películas capaces de sacar varias sonrisas y carcajadas. Por Siempre Jóvenes (Per siempre giovane, 2016) logra eso.

La historia se centra en una serie de personajes al borde de los 50 años o con más edad, cada uno con un conflicto parecido. Diego (Lillo Petrolo), el conductor de un programa de radio de música retro, es desplazado por un chico youtuber de moda. Giorgio (Fabrizio Bentivoglio), jefe de Diego y devoto a las fiestas y otras actividades propias de veinteañeros, se enamora de Stefania (Lorenza Indovina), una mujer más cercana a su generación. Sonia (Luisa Ranieri), una adicta al touch and go con muchachos, descubre que su amiga Angela (Sabrina Ferilli) mantiene una relación con su hijo (Emanuel Caserio), de 19 años. Franco (Teo Teocoli) no quiere dejar de hacer deportes aunque vaya por los sesenta y el cuerpo ya no sea el de antes.

La nueva comedia de Fausto Brizzi toca temas como el paso de los años, la vitalidad juvenil y la aceptación de la madurez, y lo hace con humor. Los choques culturales y generacionales, así como los enredos, son el motor de gags físicos y dialogados. El mejor ejemplo, cuando Giorgio celebra que Stefania sepa de qué le habla cuando menciona la Commodore 64. El mérito reside en un guión ágil y divertido, y sobre todo, en un elenco que es pura frescura, que tiene a Lillo y a Fabrizio Bentivoglio comiéndose sus escenas; incluso los más secundarios tienen la oportunidad de lucirse.

Mención especial para la banda sonora. De hecho, el título proviene de “Forever Young”, clásico del grupo alemán Alphaville, aunque aquí suena un cover. Sí es posible apreciar las versiones originales de “Alright”, de Supergrass, que abre la película; “Total Eclipse of the Heart”, de Bonnie Tyler, y “Video Killed the Radio Star”, de The Buggles. Éxitos de antaño puestos en función a la trama, pero que juegan un inevitable factor nostálgico, hoy tan decisivo para cautivar a los de más de 30.

Sin ser una joya y sin pretender serlo, Por Siempre Jóvenes es un film delicioso y entrañable, que también deja pensando en las etapas de la vida.