Pokémon: Detective Pikachu

Crítica de Samantha Schuster - Cinéfilo Serial

“Pokémon” (abreviatura del inglés Pocket Monsters) se transformó en una de las franquicias más exitosas a nivel mundial. Si bien la mayoría de nosotros la conocimos a través del animé creado en 1997, que contaba el viaje de Ash Ketchum por convertirse en un maestro Pokémon junto a su fiel amigo Pikachu, su origen se remonta a un videojuego de rol creado para Nintendo en 1995. A partir de entonces, y de la gran aceptación del público, provocó que este juego se expandiera a niveles inimaginables, generando, además de esta popular serie animada, películas, cortos, mangas y artículos de colección.

Este jueves llega la primera incursión del mundo Pokémon en el cine live action, con la película “Detective Pikachu”, que está directamente relacionada con el videojuego original. La misma cuenta la historia de Tim, un joven solitario que, a pesar de haber querido ser un maestro Pokémon desde su infancia, no termina de encajar en este mágico universo. Pero todo cambiará cuando se entere de que su padre, Harry, al que no ve desde hace mucho tiempo, tuvo un accidente y deberá viajar hasta Ryme City, donde humanos y Pokémones viven en armonía y trabajan en conjunto, en vez de ser instrumentos para las famosas batallas (acá prohibidas). Es así como se encontrará con Pikachu, antiguo compañero de su padre detective, quien perdió la memoria y no recuerda qué pasó con él ni con Harry. De esta manera se embarcarán juntos en una aventura por resolver el caso más importante de sus vidas.

Siempre que nos encontramos ante una película live action, sobre todo en las que se tienen que recrear personajes animados, existe el temor de que su fisionomía no termine de convencer, a pesar del avance tecnológico en estas cuestiones. De todas formas, este es uno de los aspectos mejor logrados en “Detective Pikachu”. La construcción estética y visual de los Pokémones mantiene la esencia de los personajes originales, recreándolos de una manera perfecta, algo bastante complejo de realizar. Si bien no todos los Pokémones tienen su desarrollo dentro de la historia (de hecho son muy pocos los que tienen peso en el relato, dejándonos con ganas de ver más en el futuro), sí podemos ver a una gran cantidad de ellos en distintos momentos, donde su imagen genera un gran impacto.

La historia en sí es bastante sencilla y directa, aunque presenta un par de giros interesantes, algunos más sorprendentes que otros. Si bien el guion no es muy elaborado, falla a la hora de querer explicar todo lo que está sucediendo. Por momentos, nos encontramos con que los personajes sugieren cierta información, una imagen lo confirma y luego a través del diálogo se lo hace explícito, es decir, que a través de diversos recursos se están brindando los mismos detalles al público, volviéndose un poco reiterativo. Bien sabemos que el film apunta a niños más pequeños y deben brindarles las herramientas para que sigan el hilo del relato, pero aquellos adultos (principalmente los que consumieron el animé en su infancia) que quieran ver esta cinta se sentirán un poco subestimados, debido a que la narración no posee una compleja deducción y se cuenta constantemente lo que ocurre en pantalla.

Justice Smith es quien se pone al mando del proyecto, acompañado por Kathryn Newton en un rol secundario pero que dará el puntapié inicial para que se desarrollen las distintas acciones. Ambos se encuentran muy bien en sus roles y se desempeñan de forma natural, sobre todo la joven actriz. Pero quien se destaca durante todo el film es Ryan Reynolds como la voz de Pikachu, componiendo un personaje tan irreverente como adorable. A través de él obtenemos los mejores gags de esta historia, como también protagoniza algunos momentos hilarantes (acá sobresalen también Psyduck o Mister Mime), ofreciéndonos una película divertida y entretenida.

“Detective Pikachu” es una película para todo público, aunque los fanáticos de la franquicia serán aquellos que puedan disfrutar más de esta historia, sobre todo a los distintos personajes que van apareciendo a lo largo del relato. La construcción visual de sus personajes, los gags y pasajes hilarantes son los puntos más altos de este film, mientras que falla a la hora de ofrecer una historia más elaborada, a partir de la sobre explicación de los hechos y algunas imágenes que se vuelven reiterativas. De todas formas, nos ofrece un grato momento de diversión y entretenimiento.