Pokémon: Detective Pikachu

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

Dado que el Hollywood de hoy tiende a disfrazar sus intenciones comerciales detrás de mensajes y utilidades, un entretenimiento desfachatado como este establece cierto equilibrio.

La premisa es tan disparatada que no podía ser una mala película: en el mundo conviven Pokemones y personas, y Pikachu, tras un accidente, debe encontrar a cierto detective privado desaparecido.

A Pikachu sólo lo puede escuchar más allá del “pika pika” el hijo del detective. Y lo que sigue es una parodia tanto de la “ternurita” de ciertos pokemones como del policial negro, con la voz de Ryan Reynolds tirando chistes metacinematográficos, algunos decididamente para adultos, en combinación con animadores que buscan todo el tiempo el espacio para el gag. Es decir, el mismo mecanismo que en “Deadpool” (creación básicamente de Reynolds) pero para todo público.

Funciona por varios motivos. El primero, que los chistes muchas veces son buenos y aprovechan al máximo el contraste poético entre el entorno y la “lindura” de los Pokémon. El segundo, que cuando hay posibilidades de generar imágenes poéticas y tiernas de verdad con las herramientas animadas, se lo hace sin vergüenza. Y, tercero, eso mismo: que es una película totalmente desvergonzada en su intención comercial y esa honestidad deriva en arma humorística.

Los actores están a la altura del asunto, y si no es mejor es porque la trama no tiene el peso emocional que debería. Dado que el Hollywood de hoy tiende a disfrazar sus intenciones comerciales detrás de mensajes y utilidades, un entretenimiento desfachatado como este establece cierto equilibrio. Sí, bueno, también como “Deadpool”.