Pesadilla al amacener

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

El cine ruso de terror y suspenso se está transformando en una marca registrada. A partir del éxito de”La novia”, primero record en su lugar de origen y luego con un éxito global en 30 países, se comenzó a hablar de una movida particular. A eso se le suma que en la Unión soviética no se podían hacer este tipo de películas prohibidas por el poder, pero las que entraban de contrabando fueron el germen de este fenómeno actual. Los mismos productores de ese éxito globalizado son los responsables de este film, dirigido por Pavel Sidorov, con un guión de Evgeny Lolyadintsev, ambos pertenecientes a esta movida de terror. La fórmula se repite, abrevar en el folklore eslavo, lleno de supersticiones, seres del más allá que torturan a los de más acá con amenazas que pasan a distintos miembros de la familia. La formula en este caso tiene que ver con sueños y maldiciones que comienzan con una mujer embarazada y su pequeño hijo y que se prolongan hacia la nena que nacerá justo cuando su madre muere en terroríficas circunstancias. A eso se le suma todos los efectos y situaciones que nos dieron su cuota de sustos desde antaño:  Cuartos con paredes corredizas que se achican,  mujeres celosas enloquecidas con hacha en mano, perros negros  amenazantes, fantasmas sin rostros, edificios en ruinas, sótanos sin salida, muertos vivientes, cabezas sangrantes…. Pero lo que resalta es lo bien que esta filmado, con una técnica impecable que logra efectos inmediatos. El argumento muy simple, enrula el sueño dentro del sueño, en una pesadilla sin fin y con un hilo de lógica. Pero lo que parece realmente importante para  los realizadores es el efecto y su acumulación. Si nos conformamos con eso vamos a verla.