Perdida

Crítica de Juan Pablo Molina - Cinéfilo Serial

Todos nos sorprendimos al ver la gran cantidad de carteles y publicidades de la nueva película de Alejandro Montiel, “Perdida”, con actores de mucho renombre en el cartel como Luisana Lopilato, Nicolás Furtado y Amaia Salamanca. Con el lema “NUNCA DEJES DE BUSCAR”, la cinta generaba una gran intriga. Bien podría ser muy mala como muy buena. Como espectador, se esperaba ver un gran film, principalmente por el buen nivel que viene teniendo el cine argentino en el último tiempo, pero lamentablemente el largometraje no cumplió con las expectativas.

El film cuenta la historia de Manuela “Pipa” Pelari, una agente de policía de la sección de Trata, quien está muy arraigada con los casos. Este compromiso con las víctimas que manifiesta la protagonista se debe a que, 14 años atrás, en un viaje escolar a San Martín de los Andes, su mejor amiga, Cornelia, desapareció y nunca más supieron de ella. El conflicto comienza cuando la madre de Cornelia le pide que retome la búsqueda, porque todavía hay esperanza, por lo que Pipa se empeña en hacerlo junto con una amiga.

La historia empieza lenta y un tanto extraña, pero durante el segundo acto la película levanta notablemente el nivel, siendo muy intrigante y entretenida. Pero al cierre, ya en el tercer acto, vuelve a presentar el ritmo pausado con nudos muy rebuscados para llevar la trama a un lugar innecesario que tira por la borda todo lo que se construye anteriormente. Sin embargo, el relato tiene varios puntos interesantes, se mete mucho en el mundo de la trata de personas y de una forma muy verosímil, captando de gran manera nuestra atención. También nos ofrece otro mundo, el de los policías, desde la óptica de una mujer agente, quien se empeña en sus búsquedas y en hacer las cosas bien y así vemos tanto las dificultades que impone el sistema como los conflictos que ella tiene con sus compañeros por el simple hecho de ser mujer.

A la par de una historia irregular, la película cuenta con un elenco de las mismas características. La interpretación de Lopilato no es buena, comienza siendo poco verosímil, pero esto cambia durante el relato. Su personaje se mantiene igual todo el tiempo y logra que al final le creamos por completo y nos genere una cierta empatía, es decir, no se destaca pero de cierta forma cumple. Exceptuando algunas malas actuaciones, la cinta tiene papeles muy buenos y muy bien encarnados, principalmente el de Amaia Salamanca y el de Carlos Alcantara.

Lo que sí es importante destacar de la película es la ambientación. Una música de gran nivel en una total concordancia con el film; pero el punto más fuerte está en la fotografía, tanto en interiores como en exteriores. Con locaciones de una belleza increíble, como San Martín de los Andes y las Islas Canarias, este largometraje nos da imágenes hermosas que nos dan ganas de salir del cine e ir ahí donde está siendo filmado a relajar y disfrutar.

En conclusión, “Perdida” es una película con una historia irregular que no termina de cerrar, actuaciones que no se se destacan, pero con el punto fuerte de una fotografía y música impecables.