Perdida

Crítica de Facundo Franco - CineFreaks

Un crimen dormido.

Basada en Cornelia, la novela de Florencia Etcheves, Perdida es un thriller policial muy dinámico que salta entre dos líneas temporales mientras su protagonista intenta resolver un caso de desaparición que la tuviera como una de sus principales implicadas cuando solo era una niña. La dirección está a cargo de Alejandro Montiel mientras que el estelar elenco está liderado por Luisana Lopilato, Amaia Salamanca, Rafael Spregelburd, Nicolás Furtado, Oriana Sabatini y María Oneto.

Luisana Lopilato interpreta de muy buena forma a Manuela Pelari, una investigadora de la policía federal a quien sus amigas conocen como “Pipa”. Y es a través de las amigas de Pipa que la película avanza. O retrocede. Catorce años antes del momento que la historia nos plantea como “el presente”, Pipa hizo un viaje a la Patagonia junto a sus mejores amigas, entre las que se encontraba Cornelia Villalba, personaje que le da nombre a la novela en la que está basada la producción de Alejandro Montiel. Una noche, el grupo escapó inocentemente de la hostería donde se alojaba junto a un joven de la localidad con el fin de ir a bailar a uno de los boliches de la zona. Todas regresaron. Menos Candelaria, que desapareció para no volver.

Con base en una fuente tan nutrida de elementos como es una novela, la película aprovecha muy bien ese origen para construir sus personajes de manera muy sólida. La protagonista de la historia, su grupo de amigas a quien dejó de frecuentar desde la desaparición de Cornelia, el oficial encargado de la fallida búsqueda que ahora ascendió a jefe de policía, una brillante hacker que ayuda a Pipa en sus investigaciones, un colega dentro de la fuerza que la confronta permanentemente y una organización criminal internacional que parece estar implicada en el asunto son los complejos componentes de una trama que no para ni un segundo mientras va y viene entre sus dos líneas temporales, no solo de manera equilibrada y sólida sino generando el suspenso y la intriga con cada escena.

En términos narrativos, tal vez las dudas aparecen cuando, catorce años después del suceso que marcara la vida de Pipa, las pistas para retomar la investigación empiezan a caer como en avalancha. Una foto que esconde más de lo que muestra aparece en la misa conmemorativa por Cornelia, un enigmático aviso anónimo es publicado en todos los diarios y la madre de la desaparecida decide hacerle una visita a Pipa en su trabajo para pedirle que aproveche su profesión de policía para buscar a su hija. “Nunca dejes de buscar”, reza el slogan de la película cuando parece que eso es exactamente lo que hizo Pipa cuando la madre de su amiga la aborda, solo para que sean las pistas las que la busquen a ella.

Indicios misteriosos que parecen trazar un camino a cuentagotas estilo Hansel y Gretel, personajes dormidos que reaparecen al unísono, una organización todopoderosa que llamativamente no es rival para una investigadora boicoteada por sus traumas del pasado y sus colegas del presente son solo algunos de los intrincados elementos que le dan forma a una trama que parece tomar lo mejor de distintos casos célebres pero que reunidos en una sola intriga parecen demasiado.