Percy Jackson y el ladrón del rayo

Crítica de Natalia Trzenko - La Nación

Percy Jackson, un héroe que daba para más

El film es una adaptación de una exitosa serie literaria sobre un adolescente que resulta ser el hijo de Poseidón

Con la gran sombra de Harry Potter y su exitosa adaptación cinematográfica rondando, Percy Jackson y el ladrón del rayo comienza su marcha en la pantalla grande con algunas desventajas. Porque es imposible no comparar su historia con la del mago adolescente, a sus compañeros de aventuras con los de él y a la imponente Hogwarts con el campamento de verano en el que el protagonista aprenderá sobre su herencia paterna. Lo cierto es que la premisa de la saga literaria ahora convertida en película es de lo más atractiva. Percy, un adolescente disléxico y con problemas de atención, descubre de manera bastante violenta que el padre que no conoce es en realidad el dios Poseidón y que su tío, Zeus, le robó su rayo para comenzar una guerra entre los habitantes del Olimpo. Claro que del planteo del guión -que modifica y mucho el contenido del libro en el que está basado-, a las imágenes que finalmente están en la película, hay un trecho largo que tal vez en manos de un director algo más imaginativo que Chris Columbus hubiera dado un resultado mucho más divertido. Responsable de las dos primeras entregas de Harry Potter, Columbus filma apurado, sin dejar lugar para el asombro de sus personajes ni el de los espectadores. La película no aburre, pero lo cierto es que su material de origen daba para mucho más. No ayuda mucho el deficiente doblaje con el que se estrena localmente el film. Pensado para un público de preadolescentes, los diálogos son tratados como un mal necesario entre una pelea y otra.

El contraste entre los mitos griegos sobre dioses y semidioses y la vida de los jóvenes protagonistas en los Estados Unidos del siglo XXI genera algunas escenas divertidas, especialmente cuando Percy (Logan Lerman) pasa de la escuela secundaria a luchar contra minotauros y furias que intentan castigarlo. Sin embargo, al tiempo que el trío de aventureros que completan Annabeth (Alexandra Daddario), la hija de la diosa Atenea y Grover (Brandon T. Jackson), el sátiro encargado de la seguridad del héroe, llegan a la guarida de Medusa, el choque de culturas se convierte en desvergonzada excusa publicitaria. Sin revelar demasiado de la trama se puede decir que la capacidad para convertir a los humanos en piedra de la malvada Medusa -interpretada sin demasiada inspiración por Uma Thurman-, encontrará su límite en la brillante superficie de un iPod.
Pequeño gran héroe

Uno de los puntos más atractivos de Percy Jackson y el ladrón del rayo es la aparición de las criaturas mitológicas que intentarán dar caza o ayudar al pequeño gran héroe. Toda una tropilla de centauros, comandada por Quirón (Pierce Brosnan) dirigirá el campamento donde los hijos de los dioses del Olimpo irán a cultivar sus habilidades. Allí, Percy, siempre con un detalle de azul marino en su ropa, se destacará del resto. Como Harry Potter. Aunque con menos magia.