Obsesión

Crítica de Martín Pérez - DiarioShow

Un thriller dramático que no convence

El film, protagonizado por Matthew McConaughey y Anne Hathaway, descansa en su elenco estelar como único pilar y termina siendo la pésima ejecución de una idea.Matthew McConaughey y Anne Hathaway como protagonistas. Desde el trailer parecía ser un thriller, filmado en un lugar paradisíaco, con algún toque romántico. Pero nada se sabía con certeza, principalemente porque se veían escenas pegadas sin sentido.

El misterio fue develado y desde hoy en cines se puede ver “Obsesión”, cinta que parecía guardar mucho suspenso, y que tenía la intención de ser un gran estreno, pero que descansa en ese gancho y en su elenco estelar como únicos pilares. Baker Dill (Matthew McConaughey), es un pescador -y ex militar-, que con su barco “Serenity”, hace excursiones de pesca para turistas, a la vez que está obsesionado con un atún gigante que ronda las aguas cercanas a la Isla Plymouth.

Un día aparece su ex esposa Karen (Anne Hathaway), que le propone que asesine a su actual marido, Frank Zariakas (Jason Clarke), un millonario violento al que odiaremos todo el tiempo que esté en pantalla. La mujer le ofrece diez millones de dólares en efectivo por hacer ese trabajo, y la propuesta se transforma en extorsión al agregar que en realidad es el hijo de Baker quien quiere matar a su padrastro. Todo se empieza a complicar con la introducción de un extraño personaje. Reid Miller (Jeremy Strong), representante de ventas de una compañía llamada Fontaine, persigue a Dill incansablemente para que pruebe los productos de su empresa.

Este hombre será el que descubrirá el punto de inflexión en la narrativa, y hará virar la historia a lugares insospechados. El problema de “Obsesión” es lo chato de la primera parte de la película, llena de melodrama -incluso en sus recursos de cámararespecto de aquel mencionado viraje. No solo por el hecho de torcer la construcción narrativa, sino porque lo hace de manera torpe e insólita; hasta absurda.

El escritor y director, Steven Knight, quien ha trabajado en proyectos de tv bastante ambiciosos (“Peaky Blinders”, “Taboo”) quizás quiso llevar al extremo los temas de manipulación y falta de libertad a través de un final/vuelco, pero no supo crear un puente entre dos estilos narrativos completamente diferentes (algo que maneja con maestría actualmente la serie antológica “Black Mirror”, mezclando géneros) y lo hace sin armonía. Hay “señales” que advierten, pero también son inverosímiles, hay suspenso, pero lo prometido se desvanece porque la pésima ejecución de una idea, se puede llevar todo lo decente por delante.