Número 9

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Trapito

Producida por Tim Burton, unos muñecos de arpillera son la esperanza en un mundo devastado.

Cuando abre los ojos, 9 no entiene absolutamente nada. Estamos observando, en verdad, su nacimiento. Pero no tiene apariencia humana, aunque sentimientos. 9 parece hecho de arpillera, con pedazos de madera tallada y cobre moldeado. Es la creación de un hombre, que ha fallecido, y antes le ha bordado ese número en su "cuerpo", y tiene casi la obligación de salir a un mundo exterior devastado, a ver qué pasa.

Es que cuando el mundo tira para abajo, o se está acabando, alguien tiene que seguir.

Número 9, producida por Tim Burton, tiene toda un aire retro. Pero es algo que va más allá del diseño artístico, los automóviles desvencijados, las chimeneas humeantes, el hollín. Se respira en el relato la solidaridad propia de los filmes estadounidenses posteriores a la Segunda Guerra Mundial, en los que en plena Guerra Fría los ataques extraterrestres servían para unir ante la invasión externa. Aquí los trapitos -9 es precisamente la novena creación de un científico, cuyos hermanos tendrán características bien definidas- deben actuar y rápido ante el accionar de las máquinas, que han aniquilado a la humanidad y están a punto de apoderarse de la Tierra.

Hay muchas referencias religiosas -los muñecos trapitos enfrentan primero a la Bestia, antes que a la Máquina, y 9 descubre que todos se refugian en una catedral, con 1 al frente de los trapitos, asumiendo el rol del conductor, cual Papa. "Todo grupo debe tener un líder", expresa 1, pero ¿qué pasa si está equivocado?

Hay quienes dan todo por el otro, sin mediar consecuencias. Si bien es cierto que los 79 minutos que dura Número 9, se nota, están algo alargados, con varios finales -la historia estaba contenida en un cortometraje, con el que el director, por entonces alumno de la UCLA, llegó a una nominación al Oscar-, el optimismo que muestra 9 es admirable y digno de imitar por los espectadores más jóvenes. Hay escenas algo violentas, por lo que no es recomendable para los más chicos, y algo del universo de El joven Manos de Tijera, como homenaje o simple muestra de influencia. Tiene todo para ser un filme de culto.