Notti magiche

Crítica de Mariano Casas Di Nardo. - La Prensa

No es casualidad que "Notti magiche" inicie su historia en, tal vez, una de las noches más tristes de Italia en cuanto a lo futbolístico. Sergio Goycochea detiene el disparo desde los doce pasos de Aldo Serena y decreta que Italia fracasa en su intento por llegar a la final del Mundial 90 en su propia tierra. En ese preciso instante, un auto cae al río Tíber con el cadáver de un importante productor de cine dentro. Los principales sospechosos son tres aspirantes a guionistas, finalistas del premio Solinas, uno de los galardones más importantes de la industria. Por un lado, el fin del sueño azzurro y por el otro, la rúbrica del acta de defunción de una etapa de gloria para el séptimo arte italiano.

Luciano Ambrogi (Giovanni Toscano), Antonino Scordia (Mauro Lamantia) y Eugenia Malaspina (Irene Vetere) son los tres escritores novatos que le dan cuerpo a la historia. Tres perfiles diferentes (el desbordado, el culto y la reprimida) que decantan en el vertiginoso e irascible mundo del cine italiano. En él conviven las estrellas del celuloide, los directores consagrados y los productores que cual aves de rapiña están siempre al acecho en busca de motorizar la industria. Y así, para ser más descriptivos, la historia vuelve un mes atrás, al comienzo de la Copa del Mundo, para contarnos en esas noches mágicas, cómo se unen las vidas de estos tres jóvenes con la del productor Leandro Saponaro (Giancarlo Giannini), el futuro muerto.

EN EL OCASO
Escrito y dirigido por Paolo Virz“ ("La prima cosa bella", "Il capitale umano"), el filme toma diferentes códigos narrativos para contar una historia de desidia y soberbia de un ciclo de diamante del cine italiano, que se creía eterno y que en realidad estaba en el umbral de su ocaso. Verano de 1990, mientras un país latía al ritmo del equipo dirigido por Azeglio Vicini con Toto Schillaci como figura, leyendas como Fellini, Scola, Bertolucci y compañía se iban desmembrando estreno tras estreno. Y aparecen todos -de forma icónica-, como Mastroianni penando por su mujer que lo dejó. El más Italian Lover con el corazón roto. Fotografías de las que Virz“ por momentos se ríe, mientras cuenta un policial que no interesa mucho, más que encontrar los guiños con lo real en cada escena, en cada diálogo y en cada representación.

La clave de todo es anclarnos en un momento específico, que todos recordamos, para ir desnudando su intención. Para algunos podrá ser denuncia, para otros homenaje, ridiculización, crítica, venganza o envidia de no haber pertenecido; sin embargo, el doble filo de Virz“ hace que no nos inclinemos por ningún prejuicio y disfrutemos del todo.

"Notti magiche" es una ácida acuarela de una época no tan pasada pero que Italia al parecer no olvida, con actuaciones certeras y un director que en cada cuadro nos regala una nostálgica ironía. Un policial como excusa, para que los amantes de la historia del cine conozcan la trastienda italiana.