No viajaré escondida

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Tercer documental de Pablo Zubizarreta, "No viajaré escondida", recorre la vida Blanca Luz Brum, rindiendo un perfecto homenaje a su figura. Hechos que se acomodan solos azarosamente.
La misma semana en que se estrena la hollywoodense "La esposa", con Glenn Close como una mujer que a su edad avanzada se cansó de ser ninguneada como literata por su esposo Premio Nobel, se estrena en los Espacios INCAA (Incluido el capitalino Gaumont), y en el MALBA, No viajaré escondida, de Pablo Zubizarreta; trabajo documental sobre una figura femenina injustamente escondida en nuestra historia oficial.
Toda la fuerza que a la superficial película de Björn Runge le falta (los invito a leer su reseña en este mismo sitio), la encontraremos en este documental narrado con pasión y garra de lucha, muy acorde con la presencia de lo que fue Banca Luz Brum.
Para quienes no la conozcan, Blanca Luz Brum fue una poetisa, escritora, pintora, periodista, y también política nacida en Uruguay a principios del Siglo XX. Tanto su variada obra artística en la que, como vemos, abarcó varios rubros; como su vida pública, se vio atravesada por la coyuntura social, como una habitante de Latinoamérica.
Participo en diferentes movimientos políticos, integró diferentes vanguardias artísticas; siempre ligada a las ideas de izquierda y el comunismo como bandera principal. Blanca es una cabal muestra de la importancia del rol femenino en la formación de nuestra región.
Siempre estuvo ahí, al frente, y sin embargo, son pocos los registros actualmente de ella. En Perú, se convirtió en la heredera artística de José Carlos Mariategui, integrando el grupo de la revista "Amauta"; en Chile formó parte del Frente Popular durante la época gobernante; fue la musa de Siqueiros para el famoso mural pintado en el sótano de la casa de Natalio Botana, habiendo integrado el grupo de muralistas comunistas mexicanos; y en Argentina fogoneó el mítico 17 de octubre peronista además de ser Secretaria de Prensa del General.
Su vida privada también guarda aspectos de avanzada, polémicos para la época. Con muchos amantes, libre, siempre a tono con la conveniencia de lo que sucedía en la región. ¿Podría decirse que usó a los hombres para posicionarse? No sé, lo cierto es que nunca fue sombra.
La historia las escriben los que ganan, y la presencia de Brum fue desapareciendo de los libros oficiales, en medio de tragedias y persecuciones políticas. Por eso mismo, No viajaré escondida adquiere una importancia vital en vista a los momentos de lucha feminista vividos en la actualidad. La historia de Blanca Luz se reconstruye de a pedazos, tal como fue “extraviada”, y se la confunde con su propia ficción literaria
¿Qué es realidad, qué es mito? Quizás Blanca Luz Brum fue un mito viviente. Zubizarreta (quien ya realizó los destacables "4 de julio: la masacre de San Patricio" y "Grete – La mirada oblicua") se vale del poquísimo material de archivo existente, de entrevistas a historiadores, y de una ficcionalización teatral, acompañado con la voz en off de Mercedes Morán como la propia Blanca relatando su autobiografía.
El director amalgama armoniosamente los diferentes registros, como un collage, dejando la marca de esos faltantes que formaron parte de la vida de Brum. No viajaré escondida se vive como un misterio a descubrir que atrapa al espectador, y por eso mismo, no conviene adelantar demasiado, como un buen film de suspenso.
En buena medida hace recordar a "Yo no sé qué me han hecho tus ojos", el formidable documental sobre Ada Falcón.
Y hablando de casualidades, no es casual que una de las directoras (junto a Raúl Manrupe) de aquel documental, Lorena Muñoz, luego haya hecho otro trabajo sobre el mural de Siqueiros. No viajaré escondida pondera el rol de la mujer, y se cruzan necesario puentes entre el antes y el ahora.
Enarbola banderas de izquierda desde los ideales que nunca mueren, y deja bien en claro que no se puede escindir las luchas. La lucha femenina tiene también mucho que ver con la lucha de los desprotegidos, de los desclasados. Poética, potente, atrapante, inspiradora, y arrolladora, No viajaré escondinda es una de las mejores películas documentales del año.
Su visión para seguir avanzando, para comprender que las luchas nunca se pierden, es obligatoria.