No se aceptan devoluciones

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

A veces es muy fácil pensar un producto para la pantalla grande utilizando recursos, temas y estrellas de la TV. No siempre el resultado no es el mejor. En el caso de “No se aceptan devoluciones” (USA, 2013), de y protagonizada por Eugenio Derbez, la ecuación es positiva, siempre y cuando uno busque sólo unos momentos de entretenimiento y una reflexión sobre la exposición de los inmigrantes en Estados Unidos.
En “No se aceptan…” a Valentín (Derbez) un mujeriego patológico ya ni se le ocurren mentiras para engañar a cada una de las mujeres con las que flirtea. Su accionar lo ha llevado no sólo a vestirse ridículamente sino también a comportarse como un eterno adolescente sin importar el mal que le haga a cada una de sus conquistas.
Todas sus “víctimas” caen en la red de falacias con las que siempre consigue lo que quiere, y luego de eso, pues todo a la basura y al olvido. El “yo te llamo” como motor de vida e impulso de toda acción marcan una primera etapa de la película.
Todo es risas hasta que un día algo cambia esta improvisación eterna, una mujer norteamericana, Julie (Jessica Lindsey) se le aparece luego de unos años con una niña en los brazos asegurándole que es su hija y que debe hacerse cargo de ella. Luego de la fuga de la mujer se irá a pie a buscarla al país vecino para “devolvérsela”.
Si bien el planteo ya ha sido probado y consumido en muchas oportunidades (“Tres hombres y un bebé”, “Igualita a mí”, etc.) lo interesante de esta nueva propuesta es la inteligencia del cómico para utilizar una comedia como mecanismo de construcción de verosímil de una realidad que cada día suma más personas, la de los ilegales en Estados Unidos.
La cinta vira en varias oportunidades de registro, pero es en el impulso encontrado a través de la explicación de la situación personal de Valentín como ilegal en USA y de los esfuerzos sobrehumanos en su intento de poder ofrecerle a su hija (Loreto Peralta, toda una revelación) lo mejor de este nuevo mundo en donde se apoya su directa identificación con el público (no por nada “No se aceptan devoluciones” es la comedia de habla hispana más taquillera de los Estados Unidos).
Trabajando como STUNT arriesgará diariamente su vida, todo por poder armarle un universo mejor a Maggie (Peralta) hasta el punto de inventarle una realidad paralela sobre su madre y sobre cómo ella sigue presente, a través de ficticias cartas en las que Julie (Lindsey) se convertirá en la mujer más aguerrida y aventurera de todos los tiempos. Predicción que se completará cuando Julie reclame la tenencia de su hija luego de varios años de ausencia.
Derbez trabaja con tópicos como la crianza, la educación, la vida de una familia monoparental, en algunos momentos de manera estereotipada y con muchos clichés, pero que en el combo total de la apuesta suman, no restan.
Si bien el resultado final no es el mejor, hay que reconocer que en la apuesta a una comedia clásica, en cuanto a narración y dirección, es interesante el poder asistir a un espectáculo fílmico que siempre estamos acostumbrados a verlo hablado en inglés y que en esta oportunidad brinda la opción de un producto industrial con identidad propia.