Nieve negra

Crítica de Hernán Khatchadourian - Diario Popular

Nieve Negra: guión gris

La coproducción argentino española protagonizada por Leonardo Sbaraglia y Ricardo Darín abunda en lugares comunes y un desarrollo previsible que no presenta novedades.

La nueva película de Ricardo Darín, esa con la que celebra sus 60 años, no es de las más memorables. Si bien cuenta con una puesta en escena muy bien realizada, y con actuaciones sólidas, el principal problema de esta "Nieve Negra" es que su argumento está construido de tal manera que, una vez establecidos los personajes, el espectador se da cuenta exactamente como vienen las cosas y, peor, puede prever el final.
La película es una co producción argentino- española que cuenta con la primera colaboración entre Darín y Leonardo Sbaraglia–que iban a ser la pareja protagónica de Nueve Reinas pero por problemas de agenda- y está dirigida por Martín Hodara, ex asistente de dirección de Fabián Bielinsky que también ayudó a Darín a cumplir con su primer trabajo como director en La Señal, film que dejó inconcluso Eduardo Mignona.
Lo cierto es que Horada da muestras de conocer el oficio pero se pierde en una serie de eventos temporales que no deja lugar a la intuición del espectador.

La historia narra cómo después de varias décadas en el exterior, Marcos (Sbaraglia) regresa a la Argentina junto a su mujer embarazada, Laura (Laia Costa), para iniciar los trámites de sucesión de su padre.
Los obstáculos de Marcos para cumplir con su objetivo y cerrar un negocio millonario son dos: por un lado su hermana Sabrina (Dolores Fonzi) permanece internada en una clínica psiquiátrica desde hace varios años, y el otro es la negativa de su hermano Salvador (Darín) a vender las tierras.
En el medio se mezcla el aparente asesinato accidental de un cuarto hermano, ocurrido cuando todos eran niños y cuyo culpable sería Salvador, quien fue abandonado por su padre a su destino en la fría cabaña. Desde entonces, el hombre se ha convertido en un ermitaño que sobrevive cazando animales para vender y comer.

Y acá viene un apartado especial, el personaje de Salvador marca otro hito en la carrera de Darín ya que se adoptó un aspecto de dejadez que se contrasta notablemente con su forma de expresarse. Para darse una idea, verlo en pantalla es como sacarlo del set de filmación, caracterizado como un pordiosero, e irse a tomar un café en Recoleta. No termina de cerrar y quizá en esto se basa la crítica de Augusto Tartúfoli que provocó la divertida reacción del actor en Intrusos.
En definitiva, Nieve Negra no es de las mejores muestras en la filmografía de Darín aunque puede interesar quienes siguen a este actor, a Sbaraglia, a Federico Luppi o a Dolores Fonzi, que se limita a una aparición de dos minutos como mucho.