Nebraska

Crítica de Carla Cuesta - A Sala Llena

Nebraska es la última película de Alexander Payne. Comedia y road movie a la vez, cuenta el viaje por el medio oeste de un padre y un hijo, a través del cual logran un entendimiento previamente imposible. El padre, el terco y taciturno Woody (Bruce Dern), ya está lejos de su plenitud. Pero cuando recibe una notificación sobre un premio de un millón de dólares, cree tener una última chance de ser importante en la vida. Por lo tanto, insiste en viajar desde Montana hasta Nebraska (un trayecto de 1.207 km), donde espera recolectar su premio, sin tener en cuenta ciertos detalles, como sus dificultades para caminar y su desorientación casi permanente. Preocupado por su estado mental, su hijo David (Will Forte) decide acompañarlo en su viaje.

La travesía a lo largo del vasto y despojado medio oeste conlleva diversas aventuras y accidentes, y brinda a sus protagonistas la oportunidad de reconectarse con sus raíces familiares, cuando inesperadamente se ven forzados a parar en Hawthorne, Nebraska, el pueblo donde Woody creció. Allí, se les unen su mujer Kate (June Squibb), una señora que, pese a su aspecto de adorable abuelita, no tiene pelos en la lengua, y el hermano de David (Bob Odenkirk), un exitoso presentador de noticiero. El elenco se competa con el ex socio de Woody (Stacey Keach), quien pronto se convierte en su antagonista...