Muere monstruo muere

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Una película de Alejandro Fadel que toma riesgos, que mezcla géneros, desde el gore, al policial, al western, al terror y la utilización de un monstruo, feroz, rugiente y salvajemente sexual, que se logra con animatronics y sofisticados efectos. Fadel es un gran guionista y realizador que no teme hurgar entre el amor, la locura y el miedo. Una triangulo amoroso entre Cruz, un policía rural que investiga el hallazgo de una mujer decapitada, no será la única, que es amante de Francisca, la esposa de David que es acusado de los crímenes y enviado a un hospital psiquiátrico. El comienzo de una historia que nunca abandona al espectador, intensa y bien construida, que incorpora una mirada crítica a las reacciones humanas y sus terrores básicos, que agrega el impresionante y solitario paisaje montañoso, el suspenso sostenido y finalmente al monstruo salido de las pesadillas más oscuras. Pero también está el humor negro, la ironía, la inteligencia. Contribuyen mucho los responsables de fotografía y cámara Julián Apezteguia y Manuel Rebella en la creación de climas perfectos en esas tomas panorámicas que alternan con los lugares de encierro. Víctor López, Esteban Bigliardi y Tania Casciani, junto a Romina Iniesta y Sofía Palomino, contribuyen con su talento a redondear un film singular, interesante, que subyuga y sorprende.