Muere monstruo muere

Crítica de Ayelén Turzi - Ayi Turzi

La noción de monstruo es tan amplia como antigua. Puede hacer referencia a seres excepcionales, ajenos al orden normal de la naturaleza, muchas veces combinaciones híbridas de características humanas y animales, o a seres nefastos, cuya monstruosidad reside en el orden moral de sus acciones. Nuestra cinematografía siempre fue más adepta a retratar monstruos humanos en detrimento de criaturas fantásticas, algo que va de la mano con el poco desarrollo que ha tenido el cine de género en sí. Si quieren saber en qué vereda se sitúa Muere, monstruo, muere (A.K.A. MMM) y qué tipo de monstruos la habitan, van a tener que verla :)

Las mujeres de un pueblo mendocino cercano a la cordillera están siendo decapitadas. Y no hay en este acto ningún tipo de estilización o romanticismo: las imágenes son explicitas y crudas, el espectador puede sentir todo el dolor de la víctima en la primer escena. La trama se desarrolla en clave policial, donde descubrir quién es el asesino es el objetivo principal, pero se va complejizando a medida que se profundiza en las vidas de los personajes, triángulo amoroso incluido. Vale la pena destacar la iluminación como modo expresivo, logra generar unos climas muy potentes, por momentos estremecedores.

Una de las cosas más interesantes, e innovadora dentro del cine nacional, es que Alejandro Fadel, su director, no tiene miedo a la hora de ir introduciendo elementos fantásticos en un filme que comienza con un impacto visual y un nivel de explicitud poco habituales, pero anclado dentro del realismo más racional. Los indicios que va dando funcionan de modo sutil, guiando al espectador a través de un camino atípico. Y, como siempre en relación al cine argentino, si se dejan de lado los prejuicios el resultado es muy satisfactorio.

Y ya llegamos al punto donde podemos explicar el título de la reseña. MMM es el monstruo bueno. Es la película diferente, la que mezcla elementos de diferentes naturalezas, que genera una extrañación al verla, a la que muchos no querrán acercarse por miedo. Pero, si logran vencer el prejuicio, descubrirán una propuesta única, que tengo la esperanza que marque tendencia. Necesitamos más monstruos como ella.