Mommy

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Aunque sin mucha sustancia, interesa por su originalidad.

Como si se tratara de una de Cronenberg, Xavier Doland empieza su última película con el texto de una ley imaginaria de su propia invención sobre la participación del Estado en la educación de adolescentes con problemas.

Esto en realidad no aporta mucho al desarrollo de "Momy", una comedia dramática "de auteur" que tiene como principal característica ser la primera película rodada en formato cuadrado 1:1 (esperemos que sea también la última) que convierte la pantalla de cine en algo parecido a la pantalla de un celular y que corta ostentosamente algunas de las imágenes, algo que se nota especialmente cuando alguien maneja un auto, por ejemplo.

La película narra la difícil relación entre una madre madura que se esfuerza por ser joven y su conflictivo hijo adolescente, un chico que puede pasar de lo encantador a la furia más violenta.

El director Xavier Doland, niño mimado del festival de Cannes (es el cineasta más joven en presentarse en este certamen), por momentos abusa de los diálogos y otras veces juega de manera más interesante con las imágenes y el uso sorpresivo de canciones pop de bandas como Oasis.

De todos modos, si bien genera tensión con la relación madre-hijo, apenas juega con situaciones incestuosas que nunca llegan a concretarse, especialmene porque en el momento adecuado de la trama, aparece una vecina que se instala en esa relación convirtiéndola en una especie de extraño ménage à trois bastante inocente.

Las imágenes y el errático estilo del director aportan originalidad aunque no mucha sustancia, pero a favor de "Mommy" se puede decir que las actuaciones son muy buenas y que el tema nunca deja de generar interés.