Moacir III

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Una vida hecha de fantasía

Moacir Dos Santos es un cantautor brasileño que disfruta de su libertad luego de haber vivido durante años en el hospital psiquiátrico Borda. Ejemplo de fortaleza, el protagonista irá tras el sueño de filmar su propia película y así, de la mano de Tomás Lipgot, comenzará un rodaje poblado de sonrisas y calidez, una ficción que retratará su historia. En esta aventura, Moacir representará sus fantasías y sus miedos mientras una cámara curiosa lo sigue en escenas en las que el protagonista dialoga con quienes lo acompañarán en esta filmación poblada de música y de canciones. El protagonista del film se trasladó desde su Brasil natal a Buenos Aires, en 1982, decidido a triunfar como cantante en la tierra de Gardel, pero termino viviendo en el Borda.

Es allí donde Lipgot lo conoció y decidió contar algunos aspectos de su vida en el documental Fortalezas (2010) y luego en Moacir (2011), películas que, con esta tercera parte, componen una obra completa que su director bautizó "Trilogía de la libertad". En esta ocasión el cineasta transmite con ternura la trayectoria del personaje en su nueva vida fuera del hospital y se detiene a reflejar las fantasías enigmáticas de ese Moacir a través de su paso por una Buenos Aires muy distinta a la de la década del 80, donde por fin logra realizar su sueño de actor. Con una excelente fotografía y una música de pegadizos ritmos, Tomás Lipgot logra así retrotraer a la pantalla, con gran emotividad, un personaje tan fascinante como querible.