Mis huellas a casa

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

Está bien narrada, no hace nada demasiado original, hace lagrimear cuando corresponde y provoca esa sonrisa bobalicona que relaja la mandíbula.

En Hollywood suceden cosas rarísimas. ¿Se acuerdan de Los Intocables? ¿Se acuerdan del contador al que hacen picadillo en el ascensor? Ese actor es Charles Martin Smith, que además de ser un cumplido secundario (“American Graffitti”, por ejemplo) se dedica a dirigir películas inspiradoras para chicos o comedias con animales, especialmente perros. Se ve que le va bien y es bastante efectivo en ese terreno (lo mejor que hizo es “Mi amigo el delfín”, basada en una historia real y muy bien contada).

“Mis huellas…” es la historia de una perrita que, por puro azar, se pierde y tiene que hacer un camino larguísimo y lleno de peligros, problemas y gente a la que inspira para volver. O sea –disculpe estimado milennial/centennial si no entiende la referenia, para eso está Google– un perfecto hijo del esquema Lassie.

Está bien narrada, no hace nada demasiado original, hace lagrimear cuando corresponde y provoca esa sonrisa bobalicona que relaja la mandíbula de modo (disculpe que repitamos adjetivos) noble. Semana de films anticuados, sí, qué le vamos a hacer. Al menos funcionan.