Mi primera boda

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Matrimonio en peligro

La desaparición de los anillos de boda genera todo tipo de enredos en la nueva comedia nacional que lleva la firma de Ariel Winograd, quien antes había realizado Cara de Queso.

Mi Primera Boda, escrita por Patricio Vega, es la típica comedia blanca contada con ritmo y situaciones ingenuas que complican la vida de los personajes y de los invitados a esta boda mixta. En ese sentido, el film da en el banco y resulta interesante cómo el realizador cuenta la historia y presenta a los miembros de la familia.

Adrián (Daniel Hendler), un joven algo torpe que viene de familia judía (Gabriela Acher encarna a su madre y Pepe Soriano a su disparatado abuelo) comete un error que podría costarle el casamiento y el prestigio entre sus parientes. Y rodo ocurre en los preparativos de la fiesta con Leonora, jugada con desenvoltura por una bellísima Natalia Oreiro.

La película tiene el tono ingenuo y divertido que se buscaba, en el escenario de una estancia que sirve como marco para desplegar el disparate. Por allí desfilan un primo más tonto que el protagonista (un buen trabajo de Martín Piroyansky); un ex novio español (Imanol Arias); la madre con más de una copa de alcohol (Soledad Silveyra); una cargosa "wedding planner" y un sacerdote (Marcos Mundstock) y un rabino (Daniel Rabinovich) que se pierden en el camino y llegan tarde para el esperado enlace de la pareja.

Todo converge en este eficaz pasatiempo que acumula caídas, equívocos, escapes a caballo y el esperado "happy end".