Mi peor pesadilla

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Anexo de crítica por Fernando Sandro

Luego de haberla anunciado repetidas veces durante 2012 finalmente llega a las salas "Mi peor pesadilla", comedia al estilo típico francés que no obstante tiene varias particularidades; su directora y su protagonista.
La historia es simple y ultra conocida, Agathe (Isabelle Huppert) es una mujer correcta, fina, que vive acomodadamente con su esposo e hijo. Adrien, su hijo es íntimo amigo de Tony, y es así como Agathe conoce al padre de este, Patrick (Benoit Poelvoorde) un hombre tosco, desprolijo, en las antípodas de Agathe. Agathe circunstancialmente hospedará a Tony y Patrick ingresará a la casa como empleado; distintas situaciones (que no adelantaré pero que son obvias) llevarán al hombre a tomar el control del hogar trastocando la vida y personalidad de la calculadora Agathe. Ya se sabe, es el clásico, rechazo, compasión, amistad, y amor.
Su directora es Anne Fontaine, y decía que es una particularidad, porque tanto ella (Cocó antes de Channel, Natalie X) como Huppert – la reina gélida del drama – no estan acostumbradas al ritmo de la comedia de enredos, a la típica fórmula romántica de odio-unión-separación-amor para siempre; y sin embargo, y pese a sembrar el camino de clichés, sacan el film adelante y con muy buenas armas.
Uno se imaginaría en ese típico juego del “groncho y la dama” a una Nicole Kidman y a un Hugh Jackman (por citar dos estereotipos de entre miles) jugando al juego del amor-odio; pero Fontaine sabe que tiene otros interpretes, que son otras las cartas con las que juega, y les saca provecho. Huppert (espléndida como siempre) y Poelvoorde están más acostumbrados al clima dramático, al igual que la directora; por eso no encontrarán acá una pila de nervios, son enredos, comicidad y romance, pero a un ritmo tranquilo, agradable, y con gags directos y certeros.
"Mi peor pesadilla" es una comedia de actores, un duelo entre dos grandes interpretes, y entre ellos hay mucha química y saben hacer creíble cualquier situación. También es fundamental el aporte de secundarios con grandes actores como Andre Dussolier y Virginie Efira.
Con un guión más elaborado la ecuación hubiese sido perfecta, las cosas suenan a demasiada casualidad, a apuro en la escritura, a fórmula probada y segura sin riesgo. Pero por suerte tiene un elenco en donde apoyarse. Es un film menor, y tiene autoconciencia de serlo, Fontaine no es ni pretende ser Francis Veber, hasta pareciera haberlo hecho por encargo; para la vasta producción francesa de comicidad este será un film promedio, y aún así le alcanza para destacarse dentro de la media de comedias románticas.
Como siempre, Francia entrega elegancia en sus films, y acá los paisejes de Luxemburgo relucn bien en pantalla, es un clásico for export. El juego del contraste también destaca en este aspecto, Agathe vive rodeada de arte, de “clase alta”, Patrick vive en una camioneta mugrienta. Son esos detalles los que la hacen a la vez que previsible querible, como si uno quisiera ver una y otra vez el mismo film con ligeros cambios.
Como sucediera con la simpática "Rompecorazones" hace dos años, este exponente copia una fórmula de Hollywood y se la apropia al método francés. Puede sonar traspolado, impropio, ajustado, y lleno de clichés ajenos... pero en los momentos en que reluce el encanto galo por sobre la machietta típica se convierte en una experiencia adorable. Dios gracias que cuenta con esos grandes intérpretes.