María Callas: En sus propias palabras

Crítica de Laura Brosio - Las 1001 Películas

La mujer y la artista en primera persona.

Este documental nos brinda un retrato íntimo de la vida y la obra de María Callas, la mayor cantante lírica de la historia. La característica principal del filme es que realiza ese recorrido biográfico en primera persona, es decir, a través de los propios dichos de la artista. El trabajo de archivo que efectúa el director francés Tom Volf es excepcional, ya que el cineasta se dirigió a diversos países para recopilar material inédito. De esta manera pueden verse películas privadas en Super 8, 16 mm, fotos inéditas, grabaciones de las actuaciones pirateadas por sus admiradores, cartas personales o entrevistas perdidas. El proyecto del documental llevó en total cinco años. Antes de rodar la película, el realizador se dedicó a leer todos los libros y artículos publicados y a ver todos los programas de televisión en los cuales participó esta gran figura. El material recolectado dio lugar, además de la película, a una exhibición que se presentó en París y a tres libros.

El título original del filme, María by Callas, refleja —mejor que el nombre en español— de qué va el relato. Se trata, en realidad, de visualizar la dualidad que había en ella, esas dos personas con las cuales debía lidiar: María, la vulnerable, la sencilla, la mujer que quería formar una familia, llevar una vida normal, y La Callas, la celebridad, la diva, la estrella internacional poderosa cuyo talento era infinito. Esto lo expresa en una entrevista —que permanecía inédita— realizada por el periodista británico David Frost en 1970. Esta nota, que revela aspectos emocionales de la cantante, irá apareciendo en forma recurrente a lo largo del filme y se transformará en una especie de eje del relato sobre el cual girarán distintas instancias de la vida y la obra de Callas.

A través de una breve referencia a la infancia de la diva —nacida en 1923 en Estados Unidos, hija de inmigrantes griegos— se muestra que de pequeña fue víctima de la obsesión de su madre, quien pretendía que María se convirtiera en una excelente cantante y pianista, lo que llevó a que prácticamente no tuviera infancia. Un testimonio valioso es el de Elvira de Hidalgo, la soprano que fue su maestra de canto en la adolescencia, quien la recuerda como una joven virtuosa y muy comprometida con su profesión.

El documental recorre los años del apogeo de la estrella, su matrimonio con el empresario Giovanni Meneghini, sus presentaciones en Estados Unidos y en los más importantes teatros europeos. Debe recalcarse que no es necesario ser un aficionado de la ópera para disfrutar de estas actuaciones de Callas incluidas en la película. No se trata de fragmentos aislados sino de arias completas, lo cual nos permite deleitarnos con su voz como si estuviera en presencia, delante nuestro. Un auténtico acierto del filme.

Asimismo, se alude al divorcio que María le pidió a Meneghini —una actitud muy osada para la época—, incluyendo su amistad y posterior romance con Aristóteles Onassis, con quien vivió una etapa de gran felicidad y contención. Otro material provechoso son las imágenes del backstage del rodaje de Medea (Pier Paolo Pasolini), la única película que Callas rodó. Las cartas personales de la diva, escritas a amigos y parejas, son leídas por la actriz francesa Fanny Ardant, quien con su voz luminosa y su intensa interpretación hace que accedamos a facetas íntimas de la cantante, desconocidas hasta ahora.

Sin duda, el filme es mucho más que el relato de una biografía, es la pintura de la persona antes que la del personaje, de sus triunfos pero también de sus desdichas. La película logra penetrar en los aspectos más recónditos de la personalidad de María Callas y rescatar las aristas más relevantes de su obra, en un tributo profundo, íntegro y emotivo que van a disfrutar tanto los devotos del mundo de la ópera como aquellos profanos quienes, seguramente, a partir de este documental comenzarán a interesarse por el maravilloso arte de la lírica.