Manchester junto al mar

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Primero hay que saber sufrir, después amar
Candidato en varios rubros al Oscar, en este film se cuenta la historia de un hombre que, al morir su hermano, descubre la existencia de un sobrino.

Primero hay uno de esos recuerdos que se guardan para siempre. Después vamos conociendo a un hombre amargo, apagado, a veces irritable. Más que guardarlos, a él los recuerdos le pesan dolorosamente para siempre. Le pesa la culpa de algo que no sabemos. Un tipo joven, de buena estampa, quemado por dentro. Un día recibe noticias de su pueblo natal, Manchester by the Sea, Massachusetts. No queda lejos, pero hace años que este tipo no va. Tendría que ir, porque el hermano está grave. Tendrá que ir, porque le avisan que se murió.

Lo que sigue es la incomodidad, la melancolía del regreso, el proceso de duelo, el sentimiento de ausencia, y acaso alguna reflexión. Cosas que no se dicen, pero se notan. También hay varios momentos risueños, propios de la vida. Y algo distinto, que cambia muchas cosas: el hermano ha dejado un hijo adolescente, del que ese hombre amargo y a veces irritable deberá hacerse cargo. Historia sencilla, pesarosa y salpicada de humorismo, hace reír y llorar, y sentir hondo. Por ahí parece detenida, y es cierto que algunos recursos formales son medio molestos, y que se alarga un poco, pero hace sentir.

El autor es Kenneth Lonergan, libretista de "Analízame" y "Pandillas de Nuev York", que ya realizó otras dos películas de mérito, "Puedes contar conmigo" y "Margaret", ambas sobre gente destruida por dentro. El protagonista es Casey Affleck, que aquí destaca su estilo contenido, minimalista. Michelle Williams, en breves apariciones, y el chico Lucas Hedges lo acompañan con lindos personajes. Los cuatro son candidatos al Oscar, y también la película, y el guión, bien elaborado, que va soltando datos sin mayores efectismos, solo a través de gestos sutiles y flashbacks bien colocados. Atención a la fotografía, y a los créditos finales, que levantan un poco el ánimo.

Un dato curioso: la semilla de esta historia la sembró Matt Damon, cuando estaban filmando "Margaret". Luego, por razones de agenda, no pudo integrar el elenco, su papel lo tomó Affleck y ahora Damon verá la entrega de los Oscar por televisión. Otro dato curioso: el remanido Adagio de Albinoni que acá se escucha no es de Albinoni. Pero esa es otra historia.