Making off Sangriento: Masacre en el set de filmación

Crítica de Matías Orta - A Sala Llena

Dentro del panorama del cine de terror y fantástico argentino, los hermanos Hernán y Gonzalo Quintana se abrieron paso gracias a una serie de cortometrajes bajo el ala de El Desquicio, productora de ambos. Uno de esos trabajos fue Making off Sangriento, un slasher en el que la leyenda del under Marcelo Pocavida se dedica a exterminar a un grupo de pretenciosos estudiantes de cine durante el rodaje de un corto. La estupenda repercusión (sobre todo, en el festival Buenos Aires Rojo Sangre, donde ganó el Premio del Público) posibilitó que los directores decidieran expandir la idea en una película.

Making off Sangriento: Masacre en el Set de Filmación funciona como la continuación de los hechos acontecidos en el corto. Un nuevo grupo de aspirantes a cineastas -igual o más de snobs que los de antes- pretende filmar un corto durante una noche. Para desgracia para ellos, contratan como actor a Ricardo B (Pocavida), un individuo que no se detendrá hasta hacerle honor al título del film. Pero esta vez hay alguien que lo está buscando: Caligari (Javier Diment), un detective no mucho más normal que el temible psicópata.

La historia sigue siendo una de “asesino que acuchilla a quien se le cruce”, en la línea de las sagas de Noche de Brujas y Martes 13. Sin embargo, lejos de quedarse en sólo eso, tiene grandes hallazgos. Para empezar, Marcelo Pocavida. El imparable astro del punk y el shock rock local (sigue dando shows con su banda) nació para interpretar a Ricardo B. Lejos de provocar miedo y rechazo, y al igual que Michael Myers, Jason y Freddy Krueger, este personaje termina generando una simpatía en el espectador, más teniendo en cuenta lo insoportables que suelen resultar sus víctimas.

Y allí está el otro encanto de la película: el de sátira del microcosmos de los estudiantes de cine, no sólo a la hora de mostrarlos concretando un rodaje sino también cómo son empapados por el denominado “cine arte” (es cierto que esas instituciones educativas tienden a desdeñar los géneros por considerarlos menores). De hecho, el director del corto, interpretado por Hernán Quintana, tiene un nombre que hace referencia a realizadores identificados con un cine nacional más contemplativo. En ese caso, Ricardo B es como una especie de justiciero trash que arremete contra esa visión tan cerrada del séptimo arte. Toda una declaración de principios por parte de los directores.

Tampoco hay que olvidar el trabajo de Javier Diment. El guionista y director es un referente del horror autóctono, ya que supo dar obras como la perturbadora Beinase y La Memoria del Muerto. Aquí, en su faceta delante de cámara, luce tan desquiciado que provoca escalofríos. Y eso que interpreta a un representante de la ley.

Making off Sangriento: Masacre en el Set de Filmación mezcla terror y comedia en un festín gore, con bromas destinadas a entendidos y descuartizamientos para el público ávido de emociones fuertes.