Madame

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

A veces, una sucesión de equívocos y engaños puede llevar a la verdad. Lo dice esta comedia francesa ambientada en París, un tantito romántica, un tanto dramática, sutilmente cáustica y de resolución singular, bastante inesperada. El nudo del conflicto ya es conocido. La señora de la casa (que no es su casa) dispone una reunión social, a último momento descubre que en total serán 13 comensales y, para evitar riesgos, ordena que una doméstica se haga pasar por invitada. Una mentira trae la otra, y al verla en la mesa alguien terminará cortejando a "la chica" (que ya no es tan chica).

Parece que se ha formado una pareja. Pero ahora, ¿cómo sigue la historia? Entre lo que uno es, lo que otros creen que es, y lo que quieren hacer creer que son, "Madame" ofrece una buena crítica sobre las debilidades humanas, individuales y sociales. Asimismo ofrece un atractivo duelo entre dos clases de mujeres, bien representadas por Toni Colette, la señorona, y Rossy de Palma como la empleada que quiere disfrutar de la vida y puede hacerlo, aunque no sabemos por cuánto tiempo. Con la altura, la nariz, y la capacidad expresiva que tiene, Rossy de Palma se roba fácilmente la película. Y con esta obra, la escritora Amanda Sthers se afirma como guionista y directora de cine. También hace canciones.