Looper: asesinos del futuro

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Género difícil la Ciencia Ficción, puede encararse de muchas diferentes maneras. Ya sea enmarcándola como un relato de acción pura, como un contexto para ofrecer una gran aventura, o como apertura para una serie de planteos reflexivos y/o filosóficos. Looper, asesinos del futuro tiene algo de lo primero y supuestamente algo de lo tercero, pero carece del sentido de la aventura.
Los hechos se sitúan en un futuro relativamente cercano, 2042, no muy distinto de nuestro presente. Joe (Joseph Gordon-Levitt) forma parte de una mafia integrada por asesinos a sueldo llamados Loopers (para los que no saben ingles sería algo así como “cerradores de ciclo”). Los viajes en el tiempo han sido inventados pero está prohibido su uso por las implicancias que podría traer. Estos Loopers se dirigen a un lugar aislado, reciben a un enviado encapuchado que la misma mafia les envió desde 30 años en el futuro y sin más lo matan de un escopetazo recibiendo como recompensa unos lingotes de oro que los del futuro le pusieron en la espalda a las víctimas.
Joe pareciera vivir sin remordimientos, se droga constantemente con unas gotitas en el ojo y se acuesta con cualquier cabaretera de un bar. Pero lo primero que le mueve el piso es la aparición desesperada de su amigo y colega Seth (Paul Dano) que cometió el “error” de ver quién era su víctima, cayendo en la realidad de que era él mismo y dejándolo escapar.
La mafia, encabezada por un emisario del futuro (Jeff Daniels), anda detrás de Seth (el del presente y el del futuro), y Joe trata de resistir hasta dónde puede.
Sucede que en ese futuro de 30 años un asesino llamado Rainmaker tomó el control y está estableciendo un nuevo orden terrorífico eliminando a otros Loopers a los que considera traidores.
Como si Joe tuviese poco hasta ese momento, perturbado, comete el mismo error de Seth, y el Joe del futuro (Bruce Willis) logra escapar.
Ahora al Joe joven no solo lo persigue la mafia, sino que intenta frenar a su yo mayor que tiene el plan de eliminar al Rainmaker que por ese entonces tiene 10 años; ah, me olvidaba, el nene es el hijo de una de las cabareteras.
Empecemos por los aspectos positivos, Looper es técnicamente (casi) irreprochable. Su director Rian Jonhson (Brick, Los Estafadores) pareciera saber qué es lo que quería mostrarnos desde un principio, y hace un muy buen manejo de los recursos que tiene. La filmación es precisa, rígida, en ningún momento se confunde, y la fotografía algo ruinosa le agrega mucho al aspecto que se buscaba. Esto se nota mucho en las escenas de acción (que son las justas y necesarias lo mismo que su duración) filmadas con solvencia y logrando que siempre se entienda a quién se apunta, quienes combaten, y qué es lo que sucede, algo no muy común hoy día.
El problema con Looper es cierta pretensión en su contenido. Su director y guionista dice venir manejando la idea de esta película hace más de diez años. La realidad es que al verla pareciera tener una serie de elementos que funcionan solamente como ornamentas para manejar una historia que ya se manejó mil veces. Para dejarlo claro, como película de Ciencia Ficción, Looper falla precisamente en eso, no es un film de ese género.
Con todo, la película se sostiene relativamente bien hasta acercarnos a un elemento promediando el final que pareciera extraído de un film de terror y que no solo suena ajeno sino que además está mal resuelto, llevando el resultado a un desbarranco.
Lo dicho, en varios diálogos del guión hay una buscada intención humorística (a veces lograda, a veces no), y en eso el personaje de Jeff Daniels es fundamental.
Joseph Gordon-Levitt no es Humphrey Bogart y se le nota, igualmente su desempeño no es malo y hace de su personaje alguien creíble.
Bruce Willis pareciera estar en ese punto de la carrera en el que el actor ya se cree más allá del bien y el mal y no quiere ser tomado en serio; es imposible analizarlo seriamente, es grande.
Por último, a Emily Blunt nunca deberían haberla dejado salir en cámara mostrando sus no pechos, la credibilidad de cabaretera desaparece al instante.
Algo positivo, el nene Pierce Gagnon mete miedo en serio, y nos hace acordar las buenas épocas de Miko Hughes.
Looper es un film que se mantiene de a momentos, convencerá a quienes entren en su mixtura de géneros y sub-géneros, y al que definitivamente le sobran varios minutos. Tiene logros muy buenos que la hacen destacable, pero cae en algunos errores que pueden convertirla en insalvable.