Locos por las nueces 2

Crítica de Fernando Sandro - Alta Peli

Tú otra vez.
La aparición a mediados de los noventa de los films de animación computarizada permitió, no mucho tiempo después, una pluralidad de oferta en productos animados como nunca antes se había visto, rompiendo en gran parte con la hegemonía que hasta ese momento mantenía Disney y alguna otra empresa grande que ocasionalmente pudiese hacerle sombra (dejando a un costado del análisis la tradicionalidad de la animación oriental que, como siempre, corre por otro carril).

De todas partes del mundo, con mayor o menor presupuesto, hoy en día las películas animadas abundan, se estrenan cualquier semana y bajo cualquier criterio. Claro: también varía la calidad, y como en todo cine de género, por cada diez títulos originales tenemos cien que se suben al caballo del éxito, como las fotocopias que van perdiendo tono a medida que las van haciendo.

Allá por el 2014 Locos por las nueces se sumó al carro de las películas con animales antropomorfos y frenéticos, con múltiples referencias pop, y un intento desde el humor por atrapar a los adultos. Tres años después, Locos por las nueces 2 ofrece exactamente lo mismo.

En efecto, ahí están otra vez las ardillas Surley y Andie, más la bulldog Preciosa, para vivir otra gran aventura… una muy parecida a la de la primera película y a la de otras decenas.

A otro lugar con esa ardilla:
Surley y los suyos habían planificado un gran robo a una tienda de nueces para abastecerse. De ahí el doble sentido del título original The Nut Job con el clásico de los asaltos The Italian Job.

Pasó el tiempo, y una vez que ya habitan en aquella tienda las nueces abundan. Andie ve con preocupación que las ardillas hayan perdido la costumbre de recolectar las nueces en el bosque a cambio de la pereza de tenerlas servidas en la tienda. Surley, despreocupado, no parece oírla, pero… no, las nueces no se acaban, la tienda explota.

Es así como el grupo deberá encontrar un nuevo refugio y lo halla en un gran parque municipal. Lugar ideal, de no ser porque el Intendente Muldoon planea construir un parque de diversiones allí con el sólo propósito de llenar más sus arcas. Es hora de impedirlo.

Misma película, otro mensaje:
Bueno, obviemos que el título original ya perdió la referencia hacia la película de robos y quedó solo como una excusa para poder hacer juegos de palabras con naughty y otros más obscenos (aún); juegos de palabra que en el doblaje se pierden.

Obviemos lo mucho que varios tramos nos hacen recordar a Madagascar, La era de hielo, Vecinos invasores, y varias más.

Locos por las nueces 2 contradice a su primera entrega en casi cada punto de premisa. La escasez de nueces ya no parece ser tal, y la tienda de nueces al final no era la única chance. Hasta se contradice a sí misma: un lugar paradisíaco lleno de nueces ya no es tan buena idea porque genera pereza, se teme que las ardillas pierdan su instinto, y al final el desencadenante no será nada de eso, sino una explosión aleatoria que los ubicará en otro lugar que ahora sí parece paradisíaco pero se parece bastante al origen de su primera entrega. En fin.

El film, que claramente se divide en dos partes, tiene una introductoria en la tienda que será solo una larga excusa para poder ubicar a las personajes en su nuevo hogar ¿no hubiese sido mejor que explotase todo a los cinco minutos de iniciado el asunto?… perdón, dije explotar todo, mi mente divagó un rato.

Como corolario, las incorporaciones de Muldoon y su hija Heather son sumamente molestas, ni siquiera son villanos caricaturescos, son irritantes.

Para cerrar el caso, multiplicaron la cantidad de chistes de dudoso gusto para el público infantil, y la calidad de animación se asemeja peligrosamente a una producción directo a video (y las hay más cuidadas en este formato).

Conclusión:
Cambio de director mediante respecto de la primera película, es poco lo que varió en Locos por las nueces 2, un producto de animación menor; desganado, contradictorio en sí mismo, de escasa gracia, y por momentos molesto. Por suerte, la oferta de películas animadas creció tanto como para poder mirar a los costados.