Loco y estúpido amor

Crítica de Elena Castelli - El rincón del cinéfilo

Steve Carrell (“Virgen a las 40” -2005-, “Pequeña Miss Sunshine”-2006-) llega nuevamente a la pantalla, en esta ocasión dirigido por Glen Ficarra y John Requa (“Una pareja despareja”, 2009).

En esta producción interpreta a Cal casado con Emily (Julianne Moore), su gran amor desde el secundario. Después de 25 años de matrimonio su mundo se desploma cuando ella sorpresivamente le pide el divorcio, confesándole que lo ha engañado con David, un compañero de oficina, encarnado por Kevin Bacon, actor desaprovechado en esta oportunidad por los realizadores.

Cal se refugia en un bar, en cuya barra se desahoga todas las noches repitiendo su historia a quien se le ponga a tiro, producto de la crisis que lo deprime. Una de esas noches conoce a Jacob, corporizado por Ryan Gosiling, muy buen interprete como lo demostró en "Diario de una pasión"(2004) y “Blue Valentíne” (2010, un seductor al que le gustan todas las mujeres y la buena vida, quien se ofrece para asesorarlo a fin de que cambie su imagen nada seductora para el sector femenino, colaborando con sus consejos para que recuperar su masculinidad y olvidar a su ex mujer. Cal acepta la propuesta y comienza el cambio que ni él mismo se lo cree. Empero en su soledad sigue ligado a Emily sin manifestárselo, con algunas visitas nocturnas a la casa de su ex sin acceder a su presencia, por ejemplo, cortando el cerco o regando el jardín, observarla a ella y los hijos a la distancia y en silencio.

Con la base de un guión correctamente estructurado, la historia, sin ser original, se va desarrollando a través de una narración que mantiene el interés por la trama, más allá de dejar en el aire algunos personajes y subtramas, con algunas situaciones de humor bien jugado, en atmósfera que identifica la típica familia estadounidense, sus valores y sueños, revelado mediante diálogos punzantes.

El resultado es positivo para los espectadores que disfrutan la comedia norteamericana, fundamentalmente por el plantel de intérpretes, con Marisa Tomei, como la profesora Kate, Jonah Bobo, quien animan a Robbie, que por su ternura y espontaneidad se hace acreedor a ser observado en sus trabajos futuros. El toque romántico del relato lo aporta Emma Stone, personificando a Hannah, hija de Cal y Emily, que sorprenderá al espectador al ser revelada su alma gemela. En lo técnico, se destaca la fotografía y la banda de sonido.