Locamente millonarios

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Meta

El cineasta californiano Jon M. Chu (responsable de films como “Justin Bieber: Never say never”) presenta “Locamente Millonarios”, comedia dramática que viene de causar furor al momento de su estreno en Estados Unidos. Constance Wu es Rachel Chu, una joven que viaja junto a su novio (Henry Golding, en el rol de Nick Young) hacia Asia, con motivo de la boda de su mejor amigo. Allí, la protagonista de nuestra historia descubrirá que su prometido es un multimillonario y su familia pertenece a una realeza asiática.

Basada en la novela homónima de Kevin Kwan, el libro pertenece a la primera entrega de una trilogía que se presume best seller y la premisa inicial sobre la que se estructura nos trae el relato sobre una joven habitante de New York (ciudad cosmopolita si las hay, y el guiño se entiende) buscando integrarse a la dinastía conservadora que pertenece la familia de su prometido. Las diferencias de clase y desventajas sociales con las que carga Rachel serán una zona de conflicto evidente que nuestra heroína deberá sortear, al tiempo que tendrá que lidiar con el impacto que la figura de su novio causa en tierras lejanas: sucede que Nick es un auténtico rompecorazones en Singapur.

El esquema de Hollywood de realizar films para retratar otras culturas dominantes no es algo poco frecuente. Es entonces cuando las tradiciones y costumbres se contraponen a los cruces idiomáticos y el dominio cultural: suenan clásicos de Elvis Presley y Madonna reformulados, quedando poca sustancia de su auténtica pertenencia oriental. Desordenada mezcolanza que responde a tendencias de moda y deja ver las concretas intenciones que la industria mainstream hollywoodense tiene detrás de este producto. Razones por las cuales comprendemos el efecto del capitalismo globalizado sobre este tipo de films, del cual ya se intuye su secuela: al momento de su lanzamiento en salas disfrutó, como es de esperarse, de un sonado éxito comercial.

Esta comedia romántica se desarrolla mediante tópicos forzados que nos van alertando sobre una trama previsible. La típica historia de la cenicienta protagonista de la novela rosa en dónde deberá superar los escollos que como plebeya le presenta la estirpe a la que pertenece su prometido, a quien intentará conquistar para ser considerada ‘parte’ de la familia. Una dirección insípida acompaña actuaciones poco inspiradas por parte de un elenco enteramente asiático, en donde sobresale el calibre de un nombre como el de Michelle Yeoh, sumándose a los intérpretes Gemma Chan, Awkwafina y Ken Jeong.

Para dotar a la historia de identidad, canciones de origen asiático dan vida al soundtrack de la película, mientras una serie de eventos van dando forma dramática a “Locamente Millonarios”, acompañada por una música incidental que remarca el aspecto más sentimental de la trama. Una colorida fotografía y ciertos coqueteos con estéticas kitsch avizoran algo de temprana originalidad, no obstante no consiguen disimular decisiones narrativas inverosímiles y banales estereotipos diseminados a lo largo de un excesivo y superfluo metraje.