Las Vegas

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Se estrena la película que abrió el reciente BAFICI, Las Vegas. Dirigida y escrita por Juan Villegas, nos encontramos ante una comedia que gira en torno a una familia disfuncional que se reencuentra en Villa Gesell en las vísperas de Año Nuevo.
Laura y Pablo son madre e hijo y están arribando a Villa Gesell para pasar unos días en la playa. Sin embargo, desde el principio las cosas salen mal en este viaje: el micro se queda varado poco antes de llegar y un ataque de furia que involucra una piedra termina con Laura en la comisaría. Pero bueno, eso podría ser algo anecdótico. La idea ahora sí es, especialmente para Laura, disfrutar un poco de Gesell, el sol y el mar y la arena.

No obstante el muchacho, que acaba de cumplir 18 años, prefiere encerrarse a escuchar música antes que ir a la playa con su madre histriónica y explosiva. O pasar tiempo con una chica, unos años mayor, que también se encuentra parando en el mismo complejo de edificios, porque trabaja de guardavidas.

Como si las revoluciones hormonales no fuesen suficientes para generar un verano particular en Pablo, cae otra pareja al complejo. Ni más ni menos que su padre, y por lo tanto ex esposo de Laura. Con su nueva novia, una colombiana mucho más joven.

Las Vegas (que es el nombre del complejo en el que están parando todos) se sucede en unos pocos días que serán fundamentales para esta familia. Con la ex pareja que se reencuentra y entonces todo comienza aflorar: reproches, celos, resentimientos, quejas, atracción. Porque Laura y Martín fueron una pareja joven cuyo amor nació en ese mismo lugar que hoy los encuentra divorciados, intentando cada uno seguir su vida. Donde hubo fuego cenizas quedan pero el asado, dicen, a ellos se les quemó. ¿Se puede recuperar?

Y después está lo que sucede entre la posible pareja nueva, los jóvenes: su coqueteo, su entendimiento, muchas veces interrumpido por lo que pasa con los más adultos, que acá parecen más adolescentes.

La película de Juan Villegas apunta al humor y a la comedia de enredos. Así algunas situaciones se ven un poco forzadas o por momentos los personajes se tornan algo irritantes. También se percibe cierta liviandad para trazar problemáticas que sin dudas no son tan livianas.