Las reinas del crímen

Crítica de Brian Bahar - Multiverso Pop

Todo parece indicar que para la industria audiovisual los cómics ya ocupan el mismo lugar que solían ocupar los libros como elementos de base para adaptar historias. Pero no solo nos referimos a cómics/películas de superhéroes sino a todo tipo de historias que en apenas pocos años después de sus publicaciones ya saltan a la pantalla grande, como es el caso de Las reinas del crimen. Esta nueva película que es el debut como directora de la también guionista Andrea Berloff esta basado en el cómic de 8 números The Kitchen, publicado en 2015 por la ya desaparecida editorial Vertigo -hoy remplazada por DC Label– escrito por Ollie Masters y con arte de Ming Doyle.

La historia ambientada en plenos 70s en Nueva York – más específicamente en el barrio marginal de Hell’s Kitchen- se centra en tres esposas de unos mafiosos irlandeses que luego de ser detenidos en un atraco deciden dejar de lado su papel de amas de casa para hacerse cargo del “trabajo” hasta lograr construir su propia organización y ser “las reinas del crimen”. Su nombre original en ingles es un claro juego de palabras con la cocina, lugar que dejan estas mujeres, y el barrio donde todo esto sucede.

Como protagonistas tenemos a Kathy (Melissa McCarthy) como la más inteligente y quien llevaba la vida más “normal” de las tres con una familia tipo, más allá de las actividades delictivas de su esposo; Ruby (Tiffany Haddish), una mujer de color quien tuvo que aprender a hacerse fuerte frente a las humillaciones de quienes la rodean y Claire (Elisabeth Moss), una mujer tímida y maltratada por su esposo abusivo pero quien luego de un hecho en medio de la historia y la llegada de un personaje encuentra un nuevo estilo de vida.

La película puede catalogarse como una mob wives movie –película sobre mujeres de la mafia– categoría que comparte con Viudas (Widows, 2018) y con la cual es imposible no emparejar, con la diferencia que de Las reinas del crimen juegan un poco más con el humor, con el gore y que, dato no menor, no llega a estar a la altura que la estrenada el año pasado.

Sin dudas, el punto mas alto son las actuaciones de las tres actrices, destacando la faceta dramática de McCarthy (quien ya sorprendió en Can You Ever Forgive Me?, (2018)) y Haddish, ambas fuertemente relacionadas a la comedia, y con Elisabeth Moss con un papel con varios puntos en común que su personaje en la serie The Handmaid´s Tale. Sin embargo, la película nunca termina de decidir si es un drama o cuna comedia negra y su plot twist, al que preparan todo el tiempo para sorprender al espectador, termina causando una total indiferencia. Además, a pesar de tener una duración “normal” de 103 minutos, pasando la hora y cuarto parece que en cada escena está por finalizar, pero siguen pasando y pasando y da la sensación de que todo es mucho más largo de lo que realmente es.