Lady Bird

Crítica de Federico Ignacio Bazán - Cuatro Bastardos

Lady Bird: El retrato sincero y profundo de una adolescente.
Parece fácil hacer películas sensibles, pero hay que tener una percepción especial para captar diferentes temas de la vida y comunicarlas de manera que lleguen a lo profundo de tu ser y Greta Gerwig lo logra.
Lady Bird consigue transmitirnos esa profundidad. En sí, es un film en el cual nos adentramos en la adolescencia de una joven Christine “Lady Bird” McPherson, en su último año del instituto.
A pesar de que haya varios conflictos vinculados más a la cultura estadounidense, como el buscar universidad para huir de donde viven, también trata temas que ya hemos visto en films independientes, como el enfrentamiento con su madre, las rebeldías académicas, situaciones sentimentales con novios y compañeros de clase. Por lo cual el espectador, siendo una adolescente, una adulta que recuerda sus momentos del pasado y/o una madre, tendrá varios enfoques y situaciones con los cuales poder sentirse identificados. Pareciera exclusivo para mujeres, pero no. Quizá el género femenino simpaticé más en ciertos casos, pero esta película se enfoca en las relaciones personales atravesadas por un halo sentimental insondable.
De manera elocuente las actuaciones dan vida a personajes bien escritos; empezando por la protagonista, la mencionada “Lady Bird” interpretada por Saoirse Ronan (Nominada en los Oscars 2018 como mejor actriz principal), la cual hace un trabajo perspicaz dándole al personaje una combinación de sensatez con inmadurez, logrando una apreciación singular hacia todo lo que la rodea.
Lady Bird tiene similitudes con otra película llamada The Edge of Seventeen (2016). Ambas pueden ser comparadas debido a que hablan de situaciones similares, pero tratadas de diferente manera. En aquel film de Kelly Fremon Craig, había mucho más humor, más inmadurez con más agilidad, y también una gran actuación de parte de la protagonista (Nadine), en ese caso interpretada por la gran actriz Hailee Stanfield. Allí Nadine se inclinaba más a la extrovertida actuación por parte de Stanfield, mientras que con Lady Bird, Ronan utiliza la sutileza de sus gestos para transmitir mucho en la pantalla.
Por el lado de los padres de Lady Bird se destaca la madre, con una gran actuación de Laurie Metcalf (Nominada a los Oscars 2018 como mejor actriz de reparto), interpretando a esa madre estricta pero con amor. Llena de ambigüedad y facetas que salen a la luz cuando ella y la hija dialogan o discuten. El hermano de Christine, al llamarse Miguel, da a entender que es adoptado por la familia. El padre interpretado por Tracy Letts, tiene una clásica relación padre e hijo con él.
Con todo esto logramos valorar que Greta Gerwig (Nominada a los Oscars como mejor directora y mejor guion original) que ha trabajado como co-guionista en películas de Noah Baumbach, la calidad de diálogos y situaciones mundanas que alguna vez todos vivimos o apreciamos en los demás. Como la relación de la protagonista con los padres y el hermano, por ejemplo. Que está tratada de manera madura, con toques sutiles de humor como los hay en la vida en general.
Consigue que lo reflexivo resalte durante el transcurso del film, logrando un gran debut en solitario para la directora y guionista. Tanto que el final de la película te deja expectante. ¿Cómo seguirá la vida de Lady Bird, con su manera sincera de ver el mundo plagado de disfraces emocionales? Esta película produce la sensación de que en esta ficción hay mucha más realidad y sinceridad que en la vida que nos rodea al terminar de ver la película.