La última noche

Crítica de Patricia Relats - El Espectador Avezado

Indudablemente la historia de dos parejas cruzadas, tentadas e infieles potencialmente es un tema que nos remite a "Closer". Obligada referencia en el género, aquella cinta establecía un parámetro alto para los films de este tipo y de ahí en más, pocos guionistas se animaron a recrear escenarios similares. Hasta hoy, es el momento de hablar de "Last night", que si bien difiere bastante de la nombrada, lo cierto es que se inscribe dentro de ese cine que habla de las eleccioes y los problemas que atraviesan las parejas con pocos años de convivencia.
Opera prima de la iraní Massy Tadjedin (quien la escribió, la produjo y la dirigió), "La última noche" propone un viaje iniciático hacia el mundo de la duda, el valor de las elecciones y los obstáculos que se encuentran al intentar sostener un mundo de a dos. Partiendo de la idea de que uno puede ser feliz y aun así ser tentado, un joven matrimonio pasará una noche alejado del otro sin que eso signifique que estarán solos. Muy centrada en el diálogo, esta película nos va introduciendo en tres días y dos noches en la vida de cuatro personas en su búsqueda de amor.
Joanna (Keira Knightley) y Michael (Sam Worthington) son extranjeros, como tantos otros, viviendo en Nueva York. Ella es una escritora y él un vendedor de bienes raíces. Han construido una relación basada en el diálogo y sana pero al volver de una fiesta ella y él discuten. Se ha encontrado con lo inevitable, Michael se sintió atraído por otra mujer, Laura (Eva Mendes), y esto genera un cisma en la pareja, imagen que grafica la fragilidad de su intimidad y el grado de confianza real que ellos tienen.
Pero eso no es todo, Joanna se encontrará con Alex (Guilliame Cammet) esa misma noche y no es un hombre cualquiera: ha sido un gran amor que no llegó a nada porque ella lo dejó para casarse. Pero hoy está ahí y Michael no.
Lo que funciona muy bien de este film es que va presentando las historias de a poco, mostrándote que no hay víctimas y victimarios, que no hay más que personas y explora cómo nos cuesta hacernos cargo del dolor que podemos provocar en el resto. No debe dejarse de lado que los personajes se van definiendo en contraposición a otros, pero que al fin y al cabo todos buscan el mismo fin: ser amados.
Además, están presentes detalles palpables, fácilmente reconocibles que refuerzan lo verosímil de la propuesta, el hecho de que Joanna puertas adentro vive desarreglada, pero ante la perspectiva de salir con Alex, vuelve a maquillarse y elegir vestuario, a cuidar lo que se pone, las reconciliaciones no están llenas de diálogos grandilocuentes, las escuchamos y parecen cercanas. Es sencillo reconocer algún fragmento de nuestra vida en la trama vincular que se despliega ante nosotros. En ese sentido, "Last night" está bien hecha.

El film lo llevan adelante Cammet y Knigthley, muy superiores a los otros dos en capacidades actorales. Eva Mendes está un poco estereotipada en este rol de la femme fatale y la verdad es que no logra equiparar la frescura de Keira (es una lucha despareja, convengamos). Worthington está correcto, pero al lado de los matices que puede crear Guililame, pierde en la comparación. Tadjedin logra, de todas maneras, mezclar las historias con sutileza y el film resulta sólido y bien estructurado, a pesar de los desniveles interpretativos (lo cual no es poco).
Es un drama romántico construido pacientemente y que se disfrute y sufre (en cierta manera), por partes iguales. Aprendemos (al menos si aceptamos la mirada del guión) a no juzgar y nos asombramos que el final nos duela, antes de verlo, por resonancias indudablemente internas... Música impecable con ese piano melancólico que potencia un cierre muy interesante.
Les recomendaría no ir a verla con sus parejas. No vaya a ser que lleve a discusiones filosóficas que terminen en peleas!